Un ex directivo de La Caixa admitió ante la policía que expidió un certificado de una cuenta inexistente

El ex director de la sucursal de La Caixa en Majadahonda, Miguel Prats, admitió en sus declaraciones ante la policía haber expedido en noviembre de 1999 un certificado de clientes supuestamente asignados a una cuenta de Gescartera que no era tal. En concreto, Prats emitió un certificado en el que facilitaba una relación de clientes de una presunta cuenta: 'Clientes liquidación internacional'. Así consta en la pieza policial de la que la Audiencia Nacional acaba de levantar el secreto.

El total de los saldos de esos clientes era 3.949 millones de pesetas, lógicamente el mismo importe que...

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El ex director de la sucursal de La Caixa en Majadahonda, Miguel Prats, admitió en sus declaraciones ante la policía haber expedido en noviembre de 1999 un certificado de clientes supuestamente asignados a una cuenta de Gescartera que no era tal. En concreto, Prats emitió un certificado en el que facilitaba una relación de clientes de una presunta cuenta: 'Clientes liquidación internacional'. Así consta en la pieza policial de la que la Audiencia Nacional acaba de levantar el secreto.

El total de los saldos de esos clientes era 3.949 millones de pesetas, lógicamente el mismo importe que sumaban los tres cheques sin fondos depositados por HARI 2000 en esa sucursal de La Caixa con la petición expresa de que no se ingresaran hasta la transformación de Gescartera en agencia de valores, lo que en ese momento -en plena inspección de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por un descuadre de 4.000 millones de pesetas- ni estaba planteado. Esos 3.949 millones eran asimismo el importe de un certificado, esta vez falso, que Camacho entregó a la CNMV como su saldo de efectivo depositado en La Caixa. En aquellas fechas, el patrimonio gestionado por Gescartera ascendía a 6.894 millones de pesetas, por lo que el agujero que se tapó con la conjunción de dos certificados ciertos y uno falso sumaba el 60% de esos fondos.

La policía interrogó a Miguel Prats sobre la irregularidad de emitir un certificado de clientes inexistentes ligados a una cuenta. El bancario contestó que lo hizo porque se lo pidió Antonio Camacho con el argumento de que lo necesitaba para crear una Sociedad de Inversión Colectiva (sicav) en Luxemburgo, proyecto que en noviembre de 1999 ya estaba totalmente descartado y que nunca llegó a meterializarse.

Esta irregularidad admitida por Prats es una de las críticas a La Caixa recogidas en el informe del Banco de España sobre Gescartera. La sucursal de La Caixa en Majadahonda entregó a la CNMV dos certificados: uno es el listado de clientes inexistentes y otro que garantiza el depósito de los tres cheques de HARI 2000 . Ambos documentos, unidos al certificado falso preparado por el propio Camacho, indujeron a finales de 1999 a los inspectores de la CNMV dirigidos por Antonio Botella a creer que habían encontrado el dinero que buscó sin éxito posible el equipo dirigido antes por David Vives.

La pieza policial también confirma la salida por ventanilla de la sucursal de La Caixa en Majadahonda de más de 1.000 millones de pesetas (unos seis millones de euros) en talones al portador firmados por Javier Sierra de la Flor, apoderado de Gescartera.

Las acusaciones particulares confían en que las pruebas aportadas por la policía respecto a la actuación del directivo de una sucursal de La Caixa sean suficientes para demostrar que hubo cooperación necesaria de una entidad bancaria para perpetrar la estafa.

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