52º FESTIVAL DE BERLÍN | NOTICIAS Y RODAJES

'El sueño de Ibiza' despierta interés en Panorama

El sueño de Ibiza, la primera película del español Igor Fioravanti, arrancó ayer aplausos en su segunda proyección en Panorama, la sección de la Berlinale dedicada a mostrar cine innovador e independiente. Aunque hecho por 'principiantes absolutos', según admite el mismo Fioravanti, el filme derrocha talento a la hora de contar la encrucijada vital a la que se enfrentan tres jóvenes: Nacho (Adrià Collado), Chica (Adriana Dominguez) y Carlos (Paco Marín), amigos desde la infancia e hijos de la primera generación de soñadores que desembarcó en Ibiza en los años sesenta.

La banda s...

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El sueño de Ibiza, la primera película del español Igor Fioravanti, arrancó ayer aplausos en su segunda proyección en Panorama, la sección de la Berlinale dedicada a mostrar cine innovador e independiente. Aunque hecho por 'principiantes absolutos', según admite el mismo Fioravanti, el filme derrocha talento a la hora de contar la encrucijada vital a la que se enfrentan tres jóvenes: Nacho (Adrià Collado), Chica (Adriana Dominguez) y Carlos (Paco Marín), amigos desde la infancia e hijos de la primera generación de soñadores que desembarcó en Ibiza en los años sesenta.

La banda sonora es de José Padilla, pinchadiscos de Café del Mar, y por todo ello su productor, Antonio P. Pérez, de la compañía sevillana Maestranza Films, la define como una 'película generacional'.

Crecer entre música, drogas, amoríos, cursillos de meditación, padres libertarios y diversiones acuáticas: con trazos autobiográfi-cos -Fioravanti nació y vivió hasta los 18 años en Ibiza-, El sueño de Ibiza intenta reflejar la vida de los hijos de aquellos hippies que décadas atrás llegaron a las Baleares en busca de un mundo mejor. Sorprendentemente, los sueños y dilemas de esta segunda generación resultan prácticamente idénticos a los de sus padres: vivir sin reglas y disfrutar al máximo (opción ésta ejemplificada en el personaje de Carlos), adentrarse en la mística (Nacho) o buscar el sentido de la vida en la ayuda a los demás, preferentemente en el Tercer Mundo (en el transcurso de la película, Chica se marcha a Mozambique para trabajar en una ONG). 'Yo no creo que el ser humano cambie. La búsqueda de algo distinto sigue estando ahí', afirma Fioravanti, quien trabajó tres años en el guión y llegó a escribir 26 versiones 'para que sólo quedara lo esencial: los sentimientos'.

Maestranza Films ya en 1999 trajo a esta misma sección de la Berlinale una hasta entonces desconocida película que luego se convertiría en uno de los filmes españoles más elogiados de los últimos tiempos: Solas.

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