Columna

Una máquina extraordinaria

La futura retirada de Aznar como presidente del PP no significa que pierda su influencia política

Sea quien sea el sucesor de José María Aznar como candidato a presidente del Gobierno y del Partido Popular, es seguro que tendrá difícil conseguir el mismo control directo del partido que ha exhibido Aznar en este congreso. El líder popular reiteró ayer lo que ya había anunciado: dentro de tres años (unos meses después de las elecciones generales de 2004) no se presentará a la reelección como presidente del PP, para evitar una bicefalia radical que incomodaría a su sucesor, pero es indudable que no ha firmado una retirada del escenario político y que seguirá contando con una enorme influencia...

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Sea quien sea el sucesor de José María Aznar como candidato a presidente del Gobierno y del Partido Popular, es seguro que tendrá difícil conseguir el mismo control directo del partido que ha exhibido Aznar en este congreso. El líder popular reiteró ayer lo que ya había anunciado: dentro de tres años (unos meses después de las elecciones generales de 2004) no se presentará a la reelección como presidente del PP, para evitar una bicefalia radical que incomodaría a su sucesor, pero es indudable que no ha firmado una retirada del escenario político y que seguirá contando con una enorme influencia en su partido y en el centro derecha español.

'Hay que reconocer que Aznar ha hecho lo que pocos políticos hacen, retirarse voluntariamente del primer puesto, pero a cambio probablemente quiere conseguir el sueño de la Restauración española: el relevo ordenado entre Cánovas y Sagasta. Lo extraordinario es que quiere que los dos sean del mismo partido', afirmaba con cierta ironía un profesor de Historia extranjero, invitado al congreso.

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En cualquier caso, el PP está demostrando en este XIV congreso que es una enorme maquinaria política, controlada por el equipo que dirige Javier Arenas, que se ha 'comido' incluso al grupo parlamentario. Una maquinaria que parece mucho más moderna, eficaz y ágil de lo que quizás haría pensar la imagen de sus propios compromisarios, y que es capaz de absorber una enorme concentración de poder a todos los niveles: municipal, autonómico y nacional, sin despreciar las ramificaciones en centros económicos, académicos o sociales.

Bajo la dirección de Aznar en el Partido Popular ha desaparecido además cualquier denominación ideológica y prácticamente nadie identificaba ayer a los miembros de la ejecutiva por su procedencia liberal o estrictamente conservadora, como ocurría hace 10 años. Son muy pocos quienes comentaban, por ejemplo, la sólida procedencia demócratacristiana del nuevo secretario de Formación y Estudios, Eugenio Nasarre, hombre además muy próximo a La Moncloa. Incluso muchos delegados desconocían que el nuevo responsable de Economía, Vicente Martínez-Pujalte, además de ser el portavoz popular en el caso Gescartera es miembro numerario (con votos) del Opus Dei.

El congreso se cerrará hoy con la misma incógnita con la que se abrió y los delegados se marcharán a sus casas con las mismas dudas y con la misma seguridad: Aznar decidirá, 'cuando toque', quién será su delfín.

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