Cinco inmigrantes huyen de la comisaría de la Verneda

La policía sospecha que algún amigo les hizo llegar una sierra durante una visita

Cinco inmigrantres suramericanos que se encontraban pendientes de expulsión de España se fugaron en la madrugada de ayer del Centro de Internamiento para Extranjeros de La Verneda, en Barcelona, tras serrar los barrotes de una ventana de la habitación en la que se encontraban. Los huidos accedieron a un patio común del centro, de ahí saltaron a una zona perimetral y finalmente llegaron al exterior. La policía considera que los huidos se hicieron con alguna sierra durante la visita de algún amigo o familiar o bien les llegó a través de un paquete.

La fuga fue descubierta por la policía s...

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Cinco inmigrantres suramericanos que se encontraban pendientes de expulsión de España se fugaron en la madrugada de ayer del Centro de Internamiento para Extranjeros de La Verneda, en Barcelona, tras serrar los barrotes de una ventana de la habitación en la que se encontraban. Los huidos accedieron a un patio común del centro, de ahí saltaron a una zona perimetral y finalmente llegaron al exterior. La policía considera que los huidos se hicieron con alguna sierra durante la visita de algún amigo o familiar o bien les llegó a través de un paquete.

La fuga fue descubierta por la policía sobre las cuatro de la madrugada de ayer. Los cinco huidos tienen edades comprendidas entre 18 y 29 años. Dos de ellos son de nacionalidad colombiana, otros dos chilenos y uno es peruano. Todos estaban pendientes de expulsión por no tener permiso de residencia en España, y eso es lo que había motivado su internamiento. Ninguno de los cinco había cometido un delito menor ni tenían antecedentes policiales ni penales.

Un portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Cataluña explicó ayer que la hipótesis más probable es que la sierra utilizada para vencer la resistencia de los barrotes le fuera suministrada a alguno de los inmigrantes huidos aprovechando la visita de algún familiar o amigo. El régimen de vigilancia en este centro es menos severo que el de una prisión y, por tanto, las medidas de seguridad que adopta la policía no son tan estrictas. Por eso es más fácil, según la policía, que algún visitante aprovechara el hecho de no haber sido cacheado para hacer llegar la sierra a uno de los huidos. La otra posibilidad es que ese instrumento hubiera entrado en un paquete que tampoco se sometió a un control.

El Centro de Internamiento para Extranjeros fue inaugurado en 1989, tras la entrada en vigor de la primera Ley de Extranjería de 1985. En todos los años que ha estado funcionando no se ha producido ninguna fuga. El centro se habilitó en un edificio anexo al de la comisaría de policía de La Verneda y tiene una capacidad máxima de 130 personas. La instalación depende de la Dirección General de la Policía y su ámbito territorial supera el de Cataluña, por lo que allí pueden ser trasladados inmigrantes detenidos en otras comunidades autónomas.

Tiempo límite de 40 días

El internamiento de un inmigrante en este centro ha de ser ordenado por un juez y dura un máximo de 40 días. Si para entonces no ha finalizado el trámite judicial y administrativo para llevar a cabo la expulsión, el inmigrante ha de quedar en libertad. Si la expulsión se materializa, un agente acompaña al inmigrante expulsado hasta su país de origen en barco o en avión, o bien por carretera. Diversas entidades han criticado en varias ocasiones el estado de deterioro en el que se encuentran las instalaciones del centro de La Verneda y la policía ha llegado a reconocer en alguna ocasión que es necesario trasladarlo a otras dependencias.

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Por otra parte, la policía detuvo ayer a los ciudadanos marroquíes Nouraddin O. A., de 25 años, y a su hermano Mustafá, de 21, acusados de ser los responsables de los cuatro disparos que se produjeron el día de Navidad en el polígono Francolí de Tarragona. Los dos detenidos sostuvieron una pelea con tres vecinos y esgrimieron el arma, pero los proyectiles no impactaron sobre ninguna persona. Nouraddin O. A. se había evadido de la prisión de Lleida, donde cumplía una condena de cuatro años, informa Lali Cambra.

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