Irureta: 'El Depor sufre demasiado ante los rivales agresivos'

Las alarmas han saltado en el Deportivo tras su fiasco en Valladolid (3-0). Vivió ayer una jornada de penitencia y dolor de los pecados. Nadie discrepa de lo evidente - 'cada día vamos a peor', dijo Capdevila-, pero nadie ofrece explicaciones sobre la penosa racha como visitante: un punto en siete salidas. 'No es un problema de actitud', alega el entrenador, Javier Irureta. La gravedad de la crisis se puso ayer de manifiesto con una inusual comparecencia ante la prensa de Augusto César Lendoiro, su presidente, y todos sus consejeros. Lendoiro admitió que al equipo 'le falta entrega y espíritu...

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Las alarmas han saltado en el Deportivo tras su fiasco en Valladolid (3-0). Vivió ayer una jornada de penitencia y dolor de los pecados. Nadie discrepa de lo evidente - 'cada día vamos a peor', dijo Capdevila-, pero nadie ofrece explicaciones sobre la penosa racha como visitante: un punto en siete salidas. 'No es un problema de actitud', alega el entrenador, Javier Irureta. La gravedad de la crisis se puso ayer de manifiesto con una inusual comparecencia ante la prensa de Augusto César Lendoiro, su presidente, y todos sus consejeros. Lendoiro admitió que al equipo 'le falta entrega y espíritu de sacrificio'. El presidente no ocultó su malestar, aunque envió un mensaje de optimismo: 'No podemos rasgarnos las vestiduras porque entre todos vamos a lograr levantarnos'.

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Por si ya no fuera bastante su bilis, los jugadores del Depor se encontraron ayer en el entrenamiento con las increpaciones de un par de aficionados. Irureta ya había mantenido con ellos una larga conversación en el vestuario. En Valladolid había admitido que iba a ser una derrota 'difícil de asimilar' y deslizó lo que parecía una crítica a los suyos: 'Ellos [los rivales] pusieron más entusiasmo, coraje y agresividad'.

Pero ayer, tras la charla, el técnico prefirió excusar a sus futbolistas, 'que no son máquinas'. Irureta insistió en que a su equipo le cuesta jugar frente a rivales 'agresivos', pero, matizó, 'no se trata de un problema de actitud'. Así, se afanó en buscar paliativos a la desastrosa actuación: 'El campo estaba muy mal, hubo dosis de suerte [en contra] y fuera nos cuesta mucho'.

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