Rascacielos en el nuevo norte de la capital

Los responsables de Urbanismo en el Gobierno central (Benigno Blanco), autonómico (Luis Eduardo Cortés) y municipal (Ignacio del Río) reiteraron ayer que el nuevo acuerdo sobre la Operación Chamartín -o Proyecto Castellana como le rebautizó Del Río- desbloquea la 'actuación urbanística más relevante que hay prevista en España y puede que en Europa'.

Pero las constantes puntualizaciones que se hicieron mutuamente mostraron que son aún muchos los flecos que quedan pendientes de resolver antes de que las máquinas empiecen a trabajar. Para empezar, hay que realizar una modificación p...

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Los responsables de Urbanismo en el Gobierno central (Benigno Blanco), autonómico (Luis Eduardo Cortés) y municipal (Ignacio del Río) reiteraron ayer que el nuevo acuerdo sobre la Operación Chamartín -o Proyecto Castellana como le rebautizó Del Río- desbloquea la 'actuación urbanística más relevante que hay prevista en España y puede que en Europa'.

Pero las constantes puntualizaciones que se hicieron mutuamente mostraron que son aún muchos los flecos que quedan pendientes de resolver antes de que las máquinas empiecen a trabajar. Para empezar, hay que realizar una modificación puntual del Plan General de Urbanismo para elevar la edificabilidad. Ese trámite le corresponde al gobierno municipal; habrá de pasar por el pleno y ser sometido a información pública. Y es seguro que los vecinos, que ya han presentado alegaciones, reiterarán sus reparos. Una vez concluido el trámite municipal, el Gobierno regional tiene que refrendarlo.

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Junio de 2002

Si el Ayuntamiento realiza todos los pasos administrativos con agilidad, el expediente llegaría a la Comunidad en junio de 2002, según Cortés. Concluida la modificación del Plan General, habrá que realizar el plan parcial de reforma interior, en el que se definirán los metros cuadrados destinados a residencial y a terciario.

Hasta ahora, tanto Cortés como Del Río han mantenido que el aumento de edificabilidad se destinará exclusivamente a la construcción de una serie de rascacielos e hitos arquitectónicos (edificios con diseño singular) que jalonarán los 3,5 kilómetros de la nueva Castellana. Ése es un punto en el que Ayuntamiento y Comunidad alcanzaron un acuerdo en 1997, pese al rechazo del alcalde, José María Álvarez del Manzano, a los rascacielos. Para limar ese rechazo se concretó que los rascacielos se destinarían a oficinas y se fijó su número máximo en 12. Pero la edificabilidad que se barajó entonces no llegaba a 0,9 metros cuadrados construidos sobre cada metro cuadrado de suelo. Ahora se puede construir más y, quizá por ello, el vicepresidente regional apuntó ayer que los rascacielos podrían ser 15. Aunque, en realidad, por la altura prevista, 'de unas 40 o 45 plantas', según matizó Cortés, no se les podría considerar estrictamente como rascacielos, pero sí serán los edificios más altos de Madrid junto con las cuatro torres previstas en los terrenos de la actual Ciudad Deportiva del Real Madrid.

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El convenio firmado entre el Ayuntamiento y la Comunidad con Florentino Pérez, presidente de ACS y del Real Madrid, ha sido uno de los factores determinantes tanto para subir la edificabilidad como para que las administraciones financien parte de las obras.

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