El último Gordo en pesetas

Los españoles menores de 133 años han desarrollado un resorte cerebral único que se activa con un soniquete infantil. El mecanismo se dispara con la letanía de los niños de San Ildefonso -'ciento cincuenta miiiil pesetaaas'- y marca el comienzo emocional de la Navidad en España. Pero mañana, cuando los chavales repitan esa frase 1.531 veces, la historia se habrá acabado y la peseta se despedirá para siempre de los sorteos de Navidad y casi de la vida. Entonces, ¿será la Navidad lo mismo en euros que en pesetas?, ¿será la cancioncilla del Gordo algo así como 'un millón ochocientos tres m...

Los españoles menores de 133 años han desarrollado un resorte cerebral único que se activa con un soniquete infantil. El mecanismo se dispara con la letanía de los niños de San Ildefonso -'ciento cincuenta miiiil pesetaaas'- y marca el comienzo emocional de la Navidad en España. Pero mañana, cuando los chavales repitan esa frase 1.531 veces, la historia se habrá acabado y la peseta se despedirá para siempre de los sorteos de Navidad y casi de la vida. Entonces, ¿será la Navidad lo mismo en euros que en pesetas?, ¿será la cancioncilla del Gordo algo así como 'un millón ochocientos tres mil treinta y seis coma treinta y un euros', es decir, 300 millones? Tranquilos, no.

Los voces de los niños y los festejos de quienes se lleven los premios darán continuidad a un sorteo navideño que se canta en pesetas desde que la moneda naciera en 1868. Los niños de San Ildefonso, los mismos, obviamente, no, ya cantaron mucho antes los premios en escudos o reales de vellón. Las bolas de los números, las del bombo grande, no variarán de un año para otro. Las de los premios, las del pequeño, habrá que jubilarlas. 'Esas bolas se eliminarán y se llevarán al museo de loterías para que el año que viene ya estén las de euros', asegura un portavoz del organismo Nacional Loterías y Apuestas del Estado (ONLAE).

El llamado 'número de Bin Laden', el 11.901, fecha del ataque a EE UU, ha sido el más buscado

Cambia el premio y el soniquete. El programa de premios para el sorteo de Navidad de 2002 no se conoce aún, ni se conoce cuál será la cuantía en euros de las 1.531 pedreas, ni del Gordo ni del resto de premios mayores. 'Eso se sabrá en mayo del año que viene, y a partir de entonces los niños comenzarán a ensayar las nuevas cifras en euros', precisa el citado portavoz, antes de tranquilizar a la población: 'Los premios en euros serán justos, sin decimales, para que el canto sea más fácil'. Con lo que la cancioncilla de las pedreas se quedará en algo como 'novecientos dooos eeeuuros'. No será lo mismo.

ONLAE asegura que el año que viene se aplicará también el redondeo al sorteo, pero los premios siempre supondrán el 70% de lo recaudado. La prueba se verá en el sorteo del Niño, el 6 de enero, el primero en euros, aunque con un sistema radicalmente distinto al de mañana, que podrá seguirse en directo en la web de EL PAÍS (www.elpais.es). 'Se verá que los primeros premios y las pedreas, si se traducen a pesetas, bajan un poquito con respecto al año pasado, pero se compensa con una subida en las aproximaciones', afirma el organismo.

Eso es lo que cambia, pero hay tradiciones que no cambian. Por ejemplo, el peregrinaje a Sort, el pueblo de la suerte de Lleida, cuya administración la Bruja de Oro tiene fama internacional de repartir más premios que el resto. Su fama la ha llevado a superar en ventas a loteros tan afamados como Doña Manolita, en Madrid, o Valdés, en Barcelona.

El circuito incorpora con cada Gordo un nuevo hito. La administración de loterías número 2 de Segovia, que repartió íntegramente los 46.500 millones de pesetas del Gordo de 2000, el 49740, se ha convertido en una atracción turística más de esta ciudad declarada por la Unesco Patrimonio de la Humanidad. En plena calle Real, a escasos metros de la plaza Mayor, entre el Acueducto y la catedral, el pequeño despacho de boletos es casi parada obligada en la ruta monumental, informa Aurelio Martín. La encargada del local, Rosa Martín Maderuelo, de 46 años, aún se ríe cuando recuerda cómo algunos grupos de japoneses se abrazan al escaparate y le tocan, aunque luego no jueguen.

La superstición es libre, y en esto del juego, mucho más, porque los españoles se van a gastar en esta apuesta casi 336.600 millones de pesetas para hacerse con la mayor parte posible de los 235.620 milllones en liza. Quizás por eso, a números ya archiconocidos como la edad de Cristo, la niña bonita, los dos patitos (más de los ciegos que de la lotería) se ha sumado ahora el Bin Laden: 11901, o sea, el 11 de septiembre de 2001, fecha del ataque contra las Torres Gemelas y el Pentágono. Se colocó en Amposta (Tarragona) y no queda ni uno.