OPINIÓN DEL LECTOR

Menores en un cine de Puerto Banús

El domingo una amiga y yo fuimos a ver la película Ni una palabra, la última de Michael Douglas, en el complejo cinematográfico de Puerto Banús. Independientemente de la calidad de la misma, que no pongo en duda, es innegable que contiene un altísimo nivel de violencia y escenas muy crueles, por lo cual se la ha catalogado como no-recomendada para menores de 18 años.

Sentada al lado nuestro había una familia con un niño de unos cinco años. No se le sintió ni la menor palabra durante toda la película y, cuando lo vimos ir, su carita pálida nos mostró que esa noche seguramente iba ...

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El domingo una amiga y yo fuimos a ver la película Ni una palabra, la última de Michael Douglas, en el complejo cinematográfico de Puerto Banús. Independientemente de la calidad de la misma, que no pongo en duda, es innegable que contiene un altísimo nivel de violencia y escenas muy crueles, por lo cual se la ha catalogado como no-recomendada para menores de 18 años.

Sentada al lado nuestro había una familia con un niño de unos cinco años. No se le sintió ni la menor palabra durante toda la película y, cuando lo vimos ir, su carita pálida nos mostró que esa noche seguramente iba a tener pesadillas. Cuando me quejé a un empleado del cine, él me dijo que no pueden hacer nada si el niño va acompañado.

Recuerdo ahora, tantísimos años más tarde, el susto que me dio la bruja de Blancanieves cuando tenía la misma edad de ese niño. Mi amiga recuerda algo parecido de Pinocho. Esas escenas eran muy suaves y eran dibujos animados.

No creo que en ningún otro país civilizado de Europa se permita algo como lo que acabo de relatar. No podemos atacar la sensibilidad de un niño pequeño y quedarnos tan contentos, todo tiene una repercusión en la vida y ya estamos recogiendo los amargos frutos.-

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