La compañía del agua va por libre

La pasión española por la zanja a repetición no es compartida por el Ayuntamiento de París. Al menos hasta el extremo conocido en Madrid. Pero la instalación del cable sí supuso un cierto desorden en la capital francesa. No sucede habitualmente lo mismo con las empresas de electricidad y gas, que actúan coordinadamente, un ejemplo que la compañía del agua no sigue. Lo habitual es que las obras sean realizadas aprovechando el verano, entre julio y agosto.

En la capital francesa hasta hace pocos meses se tendía a privilegiar como medio de transporte el metro y el coche particular. La lleg...

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La pasión española por la zanja a repetición no es compartida por el Ayuntamiento de París. Al menos hasta el extremo conocido en Madrid. Pero la instalación del cable sí supuso un cierto desorden en la capital francesa. No sucede habitualmente lo mismo con las empresas de electricidad y gas, que actúan coordinadamente, un ejemplo que la compañía del agua no sigue. Lo habitual es que las obras sean realizadas aprovechando el verano, entre julio y agosto.

En la capital francesa hasta hace pocos meses se tendía a privilegiar como medio de transporte el metro y el coche particular. La llegada al Ayuntamiento de París de un nuevo alcalde, el socialista Bertrand Delanoë, y de un nuevo equipo en el que los ecologistas juegan un papel importante ha supuesto un cambio de orientación en la política de regulación del tráfico. La medida más espectacular ha sido la creación de 40 kilómetros de carril bus-taxi-bicicleta en el centro de la ciudad. Para lograr este espacio, la ciudad ha vivido un cierto desorden en sus calles.

Los autobuses circulan a una velocidad media de 15 kilómetros por hora, cuando antes lo hacían a una media que era la mitad de esa. Los patinadores usan también esos carriles, que no han sido pensados para ellos.

La asignatura pendiente es cubrir en gran parte los más de 30 kilómetros. del cinturón periférico de París para adecuarlos a la llegada del tranvía.

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