Morientes enchufa al Madrid
El cuadro de Del Bosque halló en el delantero y en Zidane la réplica a un Sparta con mucha energía, pero corto de talento
Resuelta de nuevo la faena, al Madrid le costó más de la cuenta gobernar el resto del partido. Desbordante de ilusión, el Sparta jamás se rindió. Justito de talento, destila una enorme energía. Empuja con todo y no es de los que se asustan. A lo suyo, consiguió arrinconar al Madrid, que pagó el más mínimo atisbo de relajación. Como no es un equipo perfilado para defenderse, sobre todo por las orillas, el adversario sale fortalecido cada vez que larga un pelotazo diagonal. Y así, después de varios avisos, el Madrid se encontró de nuevo con el marcador parejo. Pero, a falta de chispa, ot...
SPARTA DE PRAGA 2| REAL MADRID 3
Sparta de Praga: Cech; Flachbart, Novotny, Hubschman, Labant; Sionko, Jaroski, Hasek (Sloncik, m.71), Michalik (Zelenka, m.55); Hartig (Papousek, m. 77) y Kincl. Real Madrid: Casillas; Salgado, Hierro, Pavón, Roberto Carlos; Figo (Guti, m.90), Makelele, Zidane, Helguera; Raúl y Morientes (McManaman, m. 87). Goles: 0-1. M. 20: Morientes remata desde el punto de penalti, el balón rebota en un defensa y Zidane clava el rechace en la escuadra. 1-1. M.30: Michalik cruza un zurdazo desde la izquierda, tras fallar Hierro y Pavón. 1-2. M. 36: Morientes remacha en el área chica un centro raso de Salgado. 2-2. M. 72: Pavón desvía un remate de Sionko desde la media luna del área de Casillas. 2-3. M. 74: Morientes golea tras rechazar Cech un disparo de Roberto Carlos. Árbitro: Stefano Braschi (Italia). Unos 20.000 espectadores en el estadio Letna de Praga.
Resuelta de nuevo la faena, al Madrid le costó más de la cuenta gobernar el resto del partido. Desbordante de ilusión, el Sparta jamás se rindió. Justito de talento, destila una enorme energía. Empuja con todo y no es de los que se asustan. A lo suyo, consiguió arrinconar al Madrid, que pagó el más mínimo atisbo de relajación. Como no es un equipo perfilado para defenderse, sobre todo por las orillas, el adversario sale fortalecido cada vez que larga un pelotazo diagonal. Y así, después de varios avisos, el Madrid se encontró de nuevo con el marcador parejo. Pero, a falta de chispa, otra vez apareció Morientes, como una ratita pululando por el área para cerrar con éxito una aceleración de Roberto Carlos. En noches como la de ayer, un puñal así vale un mundo. Cuando el nueve tiene apetito, las soluciones son más fáciles. Y Morientes, junto a Zidane, fue el sostén necesario en los momentos precisos. De él, en buena parte, depende la cosecha de este Madrid.