Vuelven las complicaciones para el sector bancario español

La caída de tipos y el bajón del ciclo anticipan fusiones, más morosos y recorte de gastos

Los bancos y cajas con menos capacidad de maniobra que los grandes, porque no tienen grupos industriales, temen la llegada de un año difícil. Algunas de estas entidades ya han empezado a presentar menores resultados que los de septiembre del año anterior. En el caso de las cajas la situación es preocupante porque la mitad del sector está con tasas comparativas negativas. Los beneficios de los bancos, según datos de la AEB, crecieron un 14% a 30 de septiembre, la tasa más baja desde 1996.

Los analistas dicen que el ejercicio dependerá de cuándo llegue la recuperación. 'Si la economía esp...

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Los bancos y cajas con menos capacidad de maniobra que los grandes, porque no tienen grupos industriales, temen la llegada de un año difícil. Algunas de estas entidades ya han empezado a presentar menores resultados que los de septiembre del año anterior. En el caso de las cajas la situación es preocupante porque la mitad del sector está con tasas comparativas negativas. Los beneficios de los bancos, según datos de la AEB, crecieron un 14% a 30 de septiembre, la tasa más baja desde 1996.

Los analistas dicen que el ejercicio dependerá de cuándo llegue la recuperación. 'Si la economía española no empieza a marchar bien en la segunda mitad del año, la situación se puede complicar', explica Javier Bernat, analista de Caja Madrid. En caso contrario, esperan que algunas partidas de la cuenta de resultados se comporten mejor que este año. Los expertos recuerdan que el fondo de provisiones creado por el Banco de España ha castigado las cuentas, y lo seguirá haciendo este año

La caída de los tipos y de las comisiones, así como el menor negocio en créditos hipotecarios, son las principales amenazas para 2002

Principales problemas

Los nubarrones que amenazan el panorama de los próximos meses para las entidades financieras son cinco: la continua caída de los tipos de interés, que estrechan el ya escaso margen financiero; la menor actividad de los clientes en Bolsa y la bajada de patrimonio de los fondos de inversión, que mantiene un bajo nivel de ingresos por comisiones; la situación actual de atonía en los mercados, que no favorece los ingresos por operaciones financieras; en cuanto a la marcha del negocio, existe el temor a que cuando acabe de aflorar el dinero negro se resienta el crecimiento, ya que el consumo y la compra de viviendas caerá con fuerza; y, por último, si el paro aumenta, la morosidad crecerá y exigirá nuevas provisiones.

Los banqueros no discuten la existencia de estas amenazas, si bien las atenúan y destacan que 'la ausencia de nueva morosidad hasta ahora es una señal tranquilizadora'. Según comentan algunos de ellos en privado, la recuperación económica no llegará a España hasta comienzos de 2003, lo que anticipa una dura época.

De todas formas, los más expertos resumen las amenazas en una sola: 'Cuando los tipos bajan, el negocio de la banca de clientes se complica y la necesidad de recortar costes se hace más acuciante'. Un ejecutivo de una caja apunta que si se prolonga una situación de escaso crecimiento 'se volverá a hablar de fusiones de cajas en algunas comunidades autónomas, porque más de una lo pasará mal. En esta situación, es más fácil limar asperezas políticas y personales para encontrar una solución rápida'.

Al margen de estas cábalas, las alarmas ya se han encendido entre las grandes entidades. El margen financiero de los cinco grandes está empeorando por primera vez en los dos últimos años. Uno de los que mejor está resistiendo es el Banco Popular, pero incluso a esta entidad le ha caído ligeramente este ratio clave, que mide la diferencia entre lo que cobran por los créditos y lo que pagan por los depósitos. En el sector se cuenta con una bajada adicional de tipos de interés de medio punto, hasta el 2,75%, lo que quitará más agua de la piscina donde nadan las entidades y será más difícil la superviviencia.

Las entidades tienen a su favor que la rebaja de tipos de interés no se refleja directamente en los créditos que han concedido, ya que éstos se revisan una vez al año. Incluso, los que se conceden para el consumo son a tipo fijo, por lo que no habrá rebajas inmediatas.

Sin embargo, bancos y cajas sí reducen con rapidez la remuneración de una buena parte de los depósitos, que están concedidos a plazos cortos, así como de todo el ahorro a la vista. Este décalage supone un amortiguador para los bancos ante una caída de tipos.

Aun así, las entidades ganarán cada vez menos con cada cliente, por lo que necesitan incrementar el volumen del negocio con ellos, así como captar otros nuevos para aumentar los resultados. En teoría, esta tarea parece fácil, pero en la práctica la estrategia se complica. Una expansión del crédito, como han llevado las grandes cajas e, incluso, el Banco Popular, en un momento de declive económico como el actual, supone aceptar un riesgo de morosidad futura.

A cambio, lo que tiene menos riesgo es captar depósitos, pero la misión no es fácil. Las entidades han intentado que la fuga de fondos de inversión acabe en los nuevos depósitos garantizados, perono siempre lo han conseguido. Además no hay que olvidar que los nuevos bancos online, como ING, Patagon y Uno-e, están 'aspirando' parte del nuevo pasivo.

Mientras tanto, BBVA y SCH, con millones de clientes cada uno, han preferido luchar por mantenerlos, antes que robarlos a la competencia. Lo cierto es que no siempre lo han conseguido. Los problemas internos por las fusiones de sus oficinas han provocado una pérdida de su cuota de mercado.

Una de las partidas que más directamente ha reflejado la situación actual del mercado es la de las comisiones, con signo negativo o escaso crecimiento en cuatro de las cinco grandes entidades.

Javier Bernat reconoce que en 2002 caerá el negocio en préstamos hipotecarios, uno de los motores de este año, y los créditos al consumo. A cambio, calcula que subirán las comisiones de los fondos de inversión y las de Bolsa, así como el negocio de banca de inversión. Estas previsiones se basan en una subida de los mercados y del crecimiento económico. Si no se da esta situación, los expertos creen que la banca deberá volcarse en un factor que depende de ella: un fuerte recorte de gastos, aunque algunos, como el Popular, ya tienen niveles de eficiencia difíciles de mejorar.

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