La reforma laborista de la Cámara de los Lores obliga a abandonar el escaño a 92 pares hereditarios

El Gobierno del laborista Tony Blair presentó ayer un libro blanco para la segunda, y seguramente definitiva, reforma de la Cámara de los Lores. En la primera, nada más llegar al poder, el Nuevo Laborismo desactivó el mecanismo hereditario de la segunda cámara del Parlamento de Westminster. En esta segunda reforma, el gran objetivo era introducir la elección directa de los lores.

Pero la propuesta presentada ayer se queda tan corta como ya se temía la izquierda del partido: sólo el 20% de los lores ganarán su escaño a través de las urnas, mediante el sistema proporcional que ya se utili...

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El Gobierno del laborista Tony Blair presentó ayer un libro blanco para la segunda, y seguramente definitiva, reforma de la Cámara de los Lores. En la primera, nada más llegar al poder, el Nuevo Laborismo desactivó el mecanismo hereditario de la segunda cámara del Parlamento de Westminster. En esta segunda reforma, el gran objetivo era introducir la elección directa de los lores.

Pero la propuesta presentada ayer se queda tan corta como ya se temía la izquierda del partido: sólo el 20% de los lores ganarán su escaño a través de las urnas, mediante el sistema proporcional que ya se utiliza en las elecciones al Parlamento Europeo. Un porcentaje muy bajo que ha llevado a Tony Benn, mítica figura del laborismo, a afirmar que la reforma es 'un retorno al siglo XIV'.

Otro 20% de la Cámara será designado entre destacados miembros de la sociedad civil sin tener en cuenta su afiliación partidaria. Y el 60% restante será designado por los partidos políticos de acuerdo con el reparto de votos en las elecciones generales anteriores.

La reforma debería estar en vigor en un plazo de 10 años y reducirá a 600 los actuales 704 escaños. Los 92 pares que aún son miembros de los lores por herencia perderán su escaño. Uno de los mayores progresos de la reforma es la distinción entre título y Parlamento: recibir un título de par ya no llevará aparejada la pertenencia a la segunda Cámara de Westminster. La Cámara de los Lores podría incluso perder su nombre, aunque no hay propuestas en ese sentido en el libro blanco.

La reforma que propone Tony Blair -que no fue presentada por el primer ministro porque se encontraba de viaje en Estados Unidos- limita el poder de los lores a retrasar los actos legislativos presentados por el Gobierno a los Comunes, sin derecho de veto. Eso significa que la Cámara de los Comunes seguirá siendo la preeminente en Westminster, recalcó ayer el líder parlamentario de los laboristas, el ex ministro de Asuntos Exteriores Robin Cook.

Para el líder conservador en la Cámara de los Lores, lord Strathclyde, el proyecto del Gobierno es 'mezquino e inadecuado'. 'Esto no es una reforma, y desde luego no es democracia y tampoco lo que sugería lord Wakeham en su Comisión Real', el informe en el que el Gobierno ha orientado sus propuestas.

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