El dramaturgo Antonio Onetti transforma 'La puñalá', su obra más internacional, en un corto
La producción sevillana es una historia marginal de religiosidad y homosexualidad
La puñalá, una de las obras de la dramatugia andaluza contemporánea con más proyección internacional, pasará al cine durante este fin de semana. Su autor, el dramaturgo sevillano Antonio Onetti, la escribió en 1986 y la puso en escena en 1992. Desde entonces ha sido traducida a tres idiomas y estrenada en cinco países. Onetti, autor de la obra Madre Caballo que puso en escena el Centro Andaluz de Teatro en 1997, se pone por primera vez tras una cámara para dirigir la versión cinematográfica de su texto. La puñalá, una historia de personajes marg...
La puñalá, una de las obras de la dramatugia andaluza contemporánea con más proyección internacional, pasará al cine durante este fin de semana. Su autor, el dramaturgo sevillano Antonio Onetti, la escribió en 1986 y la puso en escena en 1992. Desde entonces ha sido traducida a tres idiomas y estrenada en cinco países. Onetti, autor de la obra Madre Caballo que puso en escena el Centro Andaluz de Teatro en 1997, se pone por primera vez tras una cámara para dirigir la versión cinematográfica de su texto. La puñalá, una historia de personajes marginales, homosexualidad y religiosidad pagana, se convertirá en un cortometraje protagonizado por Juan Fernández y Manuel Gandasegui.
'Quería empezar a dirigir cine con algo que fuera representativo de mi escritura; así que hemos optado por La puñalá. Es un texto muy difícil porque hay que evitar los extremos. Alejarse tanto del naturalismo como del lenguaje almodovariano. No se trata de filmar la obra de teatro, la he reescrito como guión cinematográfico', explica Antonio Onetti, de 39 años y autor de guiónes para series de televisión como Padre Coraje, la producción que ha dirigido Benito Zambrano para Antena 3 y que aún no se ha emitido.
La fuente de los Toreros, un rincón poco frecuentado en el sevillano Parque de María Luisa, sirvió ayer de decorado para el encuentro entre la Winston (Juan Fernández), un travestí cincuentón que vende tabaco y chucherías, y Malacara (Manuel Gandasegui), chapero y ladrón de poca monta. 'Para los actores es difícil contar la historia sin apoyarse en el naturalismo, estamos trabajando para conseguir una interpretación hiperrealista. El tratamiento de imágenes se basan en el claroscuro de los lienzos de Caravaggio y está marcada por las referencias al Barroco', dice Onetti, quien en 1992 recibió el premio al conjunto de su obra como autor joven de la Unión Europea concedido por el Royal Court Theater de Londres.
La puñalá, tendrá una duración de 15 minutos y se está rodando en 35 milímetros. El proyecto, que cuenta con apoyo de la Consejería de Cultura y de Canal Sur Televisión, es una producción de la empresa sevillana Barataria. El presupuesto del rodaje es de unos nueve millones de pesetas y se presentará el año próximo a varios festivales nacionales e internacionales.
La obra, traducida al inglés, francés y rumano, se ha estrenado en el Teatro Odeón de Bucarest (Rumanía), en el Royal Court Theater de Londres, en el Festival Manizales de Colombia y en el Teatro Petit Odeon de París. La marginalidad de sus personajes y el acercamiento a la mezca de religiosidad y paganismo sin tapujos es, según el autor, lo que más ha atraido a los directores extranjeros para ponerla en escena.
'He descubierto a Antonio Onetti como un director de actores excelente. Winston es un personaje muy complejo que, a pesar de todos sus problemas, irradia ternura. Se siente mujer y tiene un sentido muy espiritual de lo religioso', explica Juan Fernández, quien como su compañero de reparto en el cortometraje participó en Madre Caballo, de texto de Onetti que dirigió Emilio Hernández.
'Malacara, como dice su apodo, es un politoxicómano pero, sobre todo, es una persona frustrada. Vive una contínua angustia que no tiene relación con su falta de recursos', asegura Manuel Gandasegui. Un robo sacrílego a la Virgen de La Puñalá, del que es autor la Winston, provoca la tragedia que acaba con el delirio del travesti. El ladrón muere soñando que se ha convertido en una virgen más de cuantas se pasean por Sevilla.