'Arafat es un terrorista, un corrupto'

'Devolver a Arafat y a su camarilla a Túnez'. Ésta es la fórmula mágica que propugna Benny Kashriel, de 50 años, máximo dirigente del movimiento colono en Israel (Yesha Settler Council), para poner fin a la Intifada palestina. Su organización, que agrupa a cerca de 200.000 personas, distribuidas en 152 asentamientos, de los que 18 se encuentran en Gaza, acaba de promover en Jerusalén una de las movilizaciones más importantes de su historia, en la que participaron cerca de 80.000 personas y en la que se pidió a gritos al ejército 'no dar ni un solo paso atrás' y 'acabar con Yasir Arafat'.
...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

'Devolver a Arafat y a su camarilla a Túnez'. Ésta es la fórmula mágica que propugna Benny Kashriel, de 50 años, máximo dirigente del movimiento colono en Israel (Yesha Settler Council), para poner fin a la Intifada palestina. Su organización, que agrupa a cerca de 200.000 personas, distribuidas en 152 asentamientos, de los que 18 se encuentran en Gaza, acaba de promover en Jerusalén una de las movilizaciones más importantes de su historia, en la que participaron cerca de 80.000 personas y en la que se pidió a gritos al ejército 'no dar ni un solo paso atrás' y 'acabar con Yasir Arafat'.

'Arafat está acabado. En los ocho años de autonomía palestina ha demostrado que es incapaz de hacer nada. Pero sobre todo que no quiere la paz. La única solución es devolver a Arafat y a su camarilla a Túnez, para abrir después un diálogo con los dirigentes jóvenes de la sociedad palestina; desde Hannan Ahsrawi a Jibril Rajub. Cualquiera es mejor interlocutor que Arafat', afirma con convicción el secretario general del movimiento colono, desde el asentamiento de Maale Adumin (28.000 habitantes), próximo a Jerusalén, cuyo ayuntamiento preside desde hace años.

'Todos los responsables palestinos están contra Arafat por su corrupción y autoritarismo'

Benny Kashriel, nacido en Holon, cerca de Tel Aviv, en una familia oriunda de Irán, licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Hebrea de Jerusalén y padre de tres hijos, es también un influyente dirigente del partido nacionalista Likud. Sus amigos y enemigos dicen de él que ha sabido lidiar con todos los barones, desde Benjamín Netanyahu a Ariel Sharon, pero sin comprometerse con ninguno. Le califican de 'superviviente nato', es decir, de 'hombre pragmático, entregado por completo a su organización'.

'No me molesta en lo más mínimo que me llamen colono. Hay que dignificar el nombre y rescatarlo del mal uso que de esta palabra ha estado haciendo la izquierda laborista. Israel ha sido reconstruido gracias al movimiento colono. La gente lo ha olvidado, pero ¿quién edificó Tel Aviv?', se pregunta Kashriel, mientras se declara acérrimo defensor de la política belicista asumida por el Gobierno israelí en las últimas semanas. Para él, Ariel Sharon está ahora en 'el camino correcto' como no lo estuvo nunca su enemigo Ehud Barak o su ex amigo Benjamín Netanyahu.

Benny Kashriel está en permanente contacto con cada uno de los miembros de su organización, constatando que 'a pesar del miedo y de las amenazas son una gente firme y decidida, que ha conseguido pasar el testimonio a sus hijos'. Afirma con energía que el movimiento colono no se parará, ni se desmantelará nunca en Israel, ni siquiera en aras de un proceso de negociación: 'Aquí hay espacio para que podamos vivir todos juntos, israelíes y palestinos, en paz'.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

'El único obstáculo es Arafat. En los últimos años he venido manteniendo contactos secretos con responsables palestinos y todos están contra él por su corrupción y por su autoritarismo', insiste el dirigente colono, mientras acumula sobre el presidente de la Autoridad Nacional Palestina todo tipo de epítetos. Su diagnóstico es concluyente: 'Arafat es un terrorista, un corrupto. A su edad ya nadie cambia'.

Kashriel abandonará en unas semanas la dirección del movimiento colono, después de haber permanecido durante tres años al frente de la asociación. En su opinión, 'hay que dejar el paso a los dirigentes nuevos', pero sobre todo hay que saber cerrar una etapa, en la que el objetivo principal ha sido devolver 'al movimiento colono su dignidad, demostrando a la opinión pública internacional que no somos unos extremistas'. '¿Sabía usted que el 60% de los colonos somos laicos?', recalca Kashriel, mientras recuerda que su buen amigo Raham Zeevi, el ministro de Turismo asesinado hace una semana, líder carismático del movimiento colono, no militaba tampoco en ninguna organización religiosa. 'Somos simplemente sionistas'.