Penas de hasta tres años por falsos ataques bioterroristas

'No quedarán impunes ni habrá desidia en su persecución', advertía el pasado viernes el ministro portavoz, Pio Cabanillas, a los 'desaprensivos' que en los últimos días han enviado hasta 36 sobres sospechosos de contener ántrax. Hasta la fecha, los 18 inspeccionados han dado negativo en los análisis.

Los juristas aseguran que estos 'bromistas' se enfrentan a penas de hasta tres años de cárcel. 'Depende de qué artículo del Código Penal se aplique', explica el catedrático de Derecho Penal Luis Rodríguez Ramos. 'El más relacionado con este tipo de hechos es el 561', agrega. Según este artí...

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'No quedarán impunes ni habrá desidia en su persecución', advertía el pasado viernes el ministro portavoz, Pio Cabanillas, a los 'desaprensivos' que en los últimos días han enviado hasta 36 sobres sospechosos de contener ántrax. Hasta la fecha, los 18 inspeccionados han dado negativo en los análisis.

Los juristas aseguran que estos 'bromistas' se enfrentan a penas de hasta tres años de cárcel. 'Depende de qué artículo del Código Penal se aplique', explica el catedrático de Derecho Penal Luis Rodríguez Ramos. 'El más relacionado con este tipo de hechos es el 561', agrega. Según este artículo, 'el que, con ánimo de atentar contra la paz pública, afirme falsamente la existencia de aparatos explosivos u otros que puedan causar el mismo efecto, será castigado con la pena de prisión de seis meses a un año o al pago de una cuota diaria durante seis a 18 meses, en función de la alarma o la alteración del orden producida.'

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En unos casos eran polvos de talco y en otros almidón pero, dadas las circunstancias internacionales marcadas por la amenaza bioterrorista, cualquier sobre con polvo blanco genera la alarma suficiente para movilizar a policías, microbiólogos, especialistas médicos y posibles afectados.

Por este motivo, Rodríguez Ramos apela también al artículo 172, que estipula una pena de seis meses a tres años por un delito de coacciones, es decir, para quien 'sin estar legítimamente autorizado impidiera a otro con violencia hacer lo que la ley no prohíbe o lo que no quiere'. Rodríguez Ramos asegura que el hecho de que alguien se vea obligado a ingerir una serie de antibióticos por prevención médica, tras haber estado en contacto con un sobre sospechoso de contener la bacteria del ántrax, puede considerarse una coacción.

'Pero, si aún así se escapara el causante de tales desarreglos', agrega el catedrático, 'podría apelarse al artículo 173, en el que se estipula una pena de prisión de seis meses a dos años para aquel que infligiera a otra persona un trato degradante, menoscabando gravemente su integridad moral'.

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La policía ha detenido sólo a tres personas, como supuestas responsables de algunos envíos: un hombre vecino de Luesia (Zaragoza), que supuestamente había remitido varios sobres con sustancias sospechosas a una cooperativa agrícola y dos jóvenes ceutíes que gastaron una broma a una vecina.

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