EXPERIENCIAS

El asturiano Francisco Morís crea microbios saludables

Trabaja desde hace siete años en EE UU en una empresa de biotecnología.

Biotech Beach es una exhibición de 120 empresas de biotecnología. En este lugar de la costa californiana de San Diego se han creado en los últimos años más de 5.000 empleos en este sector. 30 de estos proyectos cotizan en bolsa. Estas empresas se extienden por la bahía de San Francisco, Seattle o Chicago ligadas a instituciones educativas. Un químico asturiano de 34 años, Francisco Morís, instalado en Chicago desde 1995, vio como el año pasado su empresa, ThermoGen, con 11 años de vida, era adquirida por Medichem por 30 millones de dólares, multiplicando por 12 su valor.

ThermoGen se ha...

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Biotech Beach es una exhibición de 120 empresas de biotecnología. En este lugar de la costa californiana de San Diego se han creado en los últimos años más de 5.000 empleos en este sector. 30 de estos proyectos cotizan en bolsa. Estas empresas se extienden por la bahía de San Francisco, Seattle o Chicago ligadas a instituciones educativas. Un químico asturiano de 34 años, Francisco Morís, instalado en Chicago desde 1995, vio como el año pasado su empresa, ThermoGen, con 11 años de vida, era adquirida por Medichem por 30 millones de dólares, multiplicando por 12 su valor.

ThermoGen se ha especializado en servicios avanzados para la industria química y farmacéutica. Morís dirige un equipo de seis científicos en un proyecto denominado biocatálisis, que crea microbios con beneficios específicos para la salud o la nutrición.

'En menos de 24 horas, en EE UU puedes montar una empresa de biotecnología', explica este químico, 'y puedes solicitar 100.000 dólares para los primeros meses y otros 700.000 dólares más al conseguir los primeros resultados. Son ayudas casi a fondo perdido'.

Thermogen se creó en 1989 en una incubadora tecnológica de Illinois. Cinco años más tarde, Morís se unía al equipo fundador tras rechazar una oferta de la universidad española. 'Seguí el camino de otros jóvenes tecnólogos alemanes y japoneses que conocí en Estados Unidos', recuerda. A pesar de la aversión al riesgo que se comprueba en España, este joven científico augura un futuro brillante para las empresas de investigación biotecnológica como ya está sucediendo en países como Alemania o en Israel.

'En nuestro país, ya se ve la luz al final del túnel', señala antes de citar una docena de proyectos incipientes.

Morís ha traído a España un plan de empresa de biotecnología. 'Con un millón de euros sería más que suficiente para que el proyecto salga adelante', asegura; 'las posibilidades de éxito son muchas porque ahora finalizan gran parte de las patentes farmacéuticas de hace 20 años y el mercado de genéricos puede dar un beneficio inmediato, a pesar de que multinacionales traten de desprestigiarlos'.

Pero la falta de apoyo institucional, la desconfianza en la investigación nacional, el escaso número de patentes y el exilio de los jóvenes científicos son motivos para dudar. 'Para un país como España, fuerte en ciencias de la vida y débil en informática, es muy peligroso seguir formando universitarios que se acaben instalando en el extranjero', afirma.

THERMOGEN: www.thermogen.comSAN DIEGO: www.scripps.edu

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