Matarí y Hernando responden a Orejudo
En relación con el artículo de opinión La risa floja, firmado por Antonio Orejudo y publicado el lunes 1 de octubre de 2001, queremos manifestar que es absoluta y rotundamente falso que la conversación a la que se refiere el articulista se haya producido nunca.
Como representantes de Almería en el Congreso de los Diputados, gracias a la confianza que depositaron en nosotros la mayoría de los almerienses, jamás se nos ocurriría bromear y mucho menos engañar a los ciudadanos, con asuntos tan serios y de tanta trascendencia como es la mejora de las infraestructuras de comunicaciones...
En relación con el artículo de opinión La risa floja, firmado por Antonio Orejudo y publicado el lunes 1 de octubre de 2001, queremos manifestar que es absoluta y rotundamente falso que la conversación a la que se refiere el articulista se haya producido nunca.
Como representantes de Almería en el Congreso de los Diputados, gracias a la confianza que depositaron en nosotros la mayoría de los almerienses, jamás se nos ocurriría bromear y mucho menos engañar a los ciudadanos, con asuntos tan serios y de tanta trascendencia como es la mejora de las infraestructuras de comunicaciones en nuestra provincia, a la que orgullosamente representamos y a la que nos debemos.
Los políticos estamos acostumbrados a escuchar reproches desde los más diversos foros, pero resulta una mezquindad cuando para hacerlo se inventan conversaciones y se falsea la realidad con el único fin de desacreditar a unas personas que no son del agrado del articulista de turno. Le puede gustar más o menos al señor Orejudo, pero lo cierto y verdad es que gracias a un gobierno del Partido Popular Almería va a gozar de unas infraestructuras que nunca antes tuvo, entre ellas el tren de alta velocidad, que gobiernos anteriores desecharon para nuestra provincia. Sería absurdo reírnos de algo por lo que llevamos años luchando.
El señor Orejudo demuestra una absoluta falta de rigor y una excelente capacidad de manipulación y desconocemos si ha escrito el artículo para pagar favores o para ganarlos, lo que sí lamentamos profundamente es que, amparándose en la libertad de expresión, tenga cabida en un medio de comunicación del prestigio y la seriedad de EL PAÍS.