Dos detenidos por estafar 100 millones usando como reclamo dos ONG

La policía de Linares (Jaén) ha detenido a Raimundo Ll. C. y a Adolfo Q. C. como presuntos autores de un delito de estafa al estar durante los últimos cuatro años pidiendo donativos que debían tener fines solidarios, pero que se quedaban ellos. Los detenidos utilizaban los nombres de las ONG España Solidaria y Aedopat, ésta última dedicada a donaciones de órganos para transplantes. Se calcula que han podido estafar más de 100 millones de pesetas.

Raimundo Ll. C. fue expulsado hace cuatro años de Aedopat cuando trabajaba para esta organización en Palma de Mallorca por irregularidades eco...

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La policía de Linares (Jaén) ha detenido a Raimundo Ll. C. y a Adolfo Q. C. como presuntos autores de un delito de estafa al estar durante los últimos cuatro años pidiendo donativos que debían tener fines solidarios, pero que se quedaban ellos. Los detenidos utilizaban los nombres de las ONG España Solidaria y Aedopat, ésta última dedicada a donaciones de órganos para transplantes. Se calcula que han podido estafar más de 100 millones de pesetas.

Raimundo Ll. C. fue expulsado hace cuatro años de Aedopat cuando trabajaba para esta organización en Palma de Mallorca por irregularidades económicas. Según explicó ayer el inspector jefe de Linares, Gabino Gutiérrez, este hombre se desplazó entonces hasta Linares y se proclamó responsable local de la organización, sin que ésta lo supiese.

El dinero lo captaba a través de voluntarios, a los que hacía que vendiesen 'cupones solidarios' que costaban 200 pesetas. Además de en Jaén se vendieron en Albacete y Ciudad Real. La recaudación de los voluntarios, unos 30, llegaba algunas semanas hasta las 100.000 pesetas. A cambio los jóvenes recibían o un porcentaje de lo vendido o cantidades sueltas que solían oscilar alrededor de las 5.000 pesetas por día dedicado de venta.

Fueron los propios trabajadores de la supuesta ONG los que dieron la voz de alarma y avisaron a la policía de las irregularidades. La policía constató que no había registros oficiales, sino anotaciones a mano en folios sueltos, y que las cuentas a las que iba el dinero eran privadas.

Además de la venta de cupones se hacían campañas de recogida de alimentos y ropa, actividad en la que se ha estado implicando a colegios de la localidad. Ningún material llegó a los destinos previstos.

La trama se completaba con una entidad denominada Banco Inmobiliario en la que Raimundo Ll. C. prometía el pago de fuertes intereses. La policía indicó que se comprometía, incluso por escrito, a duplicar las cantidades ingresadas en un solo mes. Sólo en el banco la policía calcula que se ingresaron más de 60 millones de pesetas.

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