Editorial:

La vía política

La detención en el sur de Francia de un supuesto miembro de la dirección de ETA y otros cuatro activistas cuando preparaban un nuevo robo de dinamita parece indicar que la conmoción creada por los ataques contra Estados Unidos y la consiguiente reacción internacional contra el terrorismo no ha provocado por el momento cambios en la estrategia de esa organización. Es decir, que en su dirección dominan las posiciones de quienes sostenían hace meses -en un boletín interno cuyo contenido se conoció hace dos días- que 'es la hora de intensificar la lucha armada'. Ello confirma la dificultad de ETA ...

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La detención en el sur de Francia de un supuesto miembro de la dirección de ETA y otros cuatro activistas cuando preparaban un nuevo robo de dinamita parece indicar que la conmoción creada por los ataques contra Estados Unidos y la consiguiente reacción internacional contra el terrorismo no ha provocado por el momento cambios en la estrategia de esa organización. Es decir, que en su dirección dominan las posiciones de quienes sostenían hace meses -en un boletín interno cuyo contenido se conoció hace dos días- que 'es la hora de intensificar la lucha armada'. Ello confirma la dificultad de ETA para procesar los datos externos, siempre que tales datos no confirmen la necesidad ineludible de seguir matando.

Esa dificultad es una característica compartida por casi todos los grupos clandestinos. Los retrocesos electorales, las rupturas internas, la pérdida de aliados raramente provocan rectificaciones. Si la realidad no confirma las previsiones, es porque está manipulada por el enemigo. La experiencia indica que sólo las detenciones, la sensación de debilidad organizativa, provoca periódicamente en ETA dudas sobre su continuidad. Así ocurrió tras la detención de la dirección en Bidart y de nuevo en vísperas de la tregua de 1998. 'La vía policial es una de las mejores medidas políticas', declaró recientemente, tras las detenciones de los comandos Donosti y Barcelona, el portavoz del Gobierno vasco, el nacionalista Josu Jon Imaz. No siempre ha sido ése el mensaje nacionalista.

Las detenciones de ayer confirman que la eficacia policial está en función de la cooperación entre las diversas fuerzas de seguridad, que se intensificará ahora tras los acuerdos entre países miembros de la UE. Los efectos de esa cooperación reforzada no serán visibles de inmediato en el aspecto operativo, pero lo son ya en el político. Ser amigo de los terroristas será ahora más difícil de justificar incluso en sectores propensos a encontrar causas a la violencia. También será más difícil mantener actitudes ambiguas y mirar para otro lado.

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No sólo aumentará el aislamiento de ETA, sino el de su brazo político. Dentro y fuera. Ayer informaba la prensa británica de que el IRA podría iniciar en breve la destrucción verificable de sus arsenales. La experiencia irlandesa demuestra, por otra parte, que la única voz que traspasa el autismo de los terroristas es la de su brazo político. Eficacia policial y presión nacionalista para que Batasuna convenza a ETA de que le conviene más dejarlo: no hay mejor vía política hacia la paz.

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