La policía ha rechazado este año en Barajas a 3.200 extranjeros que alegaban ser turistas

La gran mayoría de los inmigrantes procede de países del Magreb y Suramérica

El aeropuerto de Madrid-Barajas está considerado por la policía como una de las principales vías de acceso de inmigrantes irregulares. Llegan con un visado de turista válido para pasar tres meses que después dejan vencer. En lo que va de año, los agentes de fronteras de este aeropuerto han denegado la entrada en territorio español a unas 3.200 personas y calculan que la cifra final rondará las 4.500, un 17% más que el año anterior, cuando fueron rechazadas 3.746. Desde hace diez años, según indican fuentes policiales de Barajas, esta cifra no ha dejado de crecer.

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El aeropuerto de Madrid-Barajas está considerado por la policía como una de las principales vías de acceso de inmigrantes irregulares. Llegan con un visado de turista válido para pasar tres meses que después dejan vencer. En lo que va de año, los agentes de fronteras de este aeropuerto han denegado la entrada en territorio español a unas 3.200 personas y calculan que la cifra final rondará las 4.500, un 17% más que el año anterior, cuando fueron rechazadas 3.746. Desde hace diez años, según indican fuentes policiales de Barajas, esta cifra no ha dejado de crecer.

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La mayoría de los inmigrantes que entran por Barajas proceden del Magreb y Suramérica. A Barcelona, sin embargo, llegan más procedentes del este de Europa.

No obstante, los países calientes varían de año en año. 'La inmigración es muy sensible a las catástrofes naturales, las guerras e incluso las noticias que publican los medios', asegura un responsable de la Sección de Fronteras de la policía en Barajas. 'En 2000 fueron los ecuatorianos, éste los colombianos', afirma; 'desde que hace tres meses España anunció que se les exigirá visado, han llegado más y seguirá así hasta septiembre, cuando se cree que entrará en vigor'.

La razón que se alega en la mayor parte de los rechazos es 'prohibición de entrada'. De los 3.746 rechazados en 2000, 2.483 lo fueron por este motivo. En este grupo están los rechazados porque existen firmes sospechas de que pretenden quedarse en España. Pero también están los detenidos por narcotráfico: el año pasado fueron intervenidos en Barajas 405 kilos de cocaína y 26.500 pastillas.

Además de estas denegaciones de entrada, 260 personas fueron rechazadas por documentación incompleta, 542 por documentación falsa -'sobre todo de chinos y turcos, que compran muchos visados falsos'- y 267 por no poder acreditar los medios económicos suficientes para sufragar su estancia: un mínimo de 50.000 pesetas y 5.000 pesetas por día de estancia.

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La manera para descubrir a los falsos turistas se hace a través de varios filtros. El primero, el control de pasaportes, donde, además de revisar su documentación, el funcionario suele hacer varias preguntas al viajero. Si el policía sospecha, el individuo es sometido a un interrogatorio más profundo y se comprueban sus declaraciones, la parte básica sobre la que se construirá el expediente de rechazo.

'Por ejemplo, si una persona dice que viene a ver a un amigo que conoció en su país, verificamos si el aludido ha viajado a ese país a través de su pasaporte. También comprobamos las reservas de hotel y les preguntamos el motivo de su visita. Y si nos responden que quieren ver el Museo del Prado en Barcelona, buscamos otras pruebas que demuestren que miente', explican desde Barajas.

Si se confirman las sospechas, se hace una segunda entrevista, esta vez con asistencia letrada. Desde 1999, unos 150 abogados de oficio trabajan en Barajas en turnos de cuatro al día. 'Los letrados tienen además el recurso de alzamiento, con el que pueden pedir que se comprueben cosas que les cuentan y podrían ayudarles... Aunque, cuanto más comprobamos, suele ser peor para ellos', dicen con escepticismo desde Fronteras.

Luis Vidal y Teresa Marañón, dos de estos abogados de oficio que trabajan en Barajas, reconocen que la práctica totalidad de los viajeros interceptados acaban siendo retornados. El mayor inconveniente que encuentran para hacer su trabajo es el miedo con el que viene esta gente. 'No confían en nosotros', dice Vidal. 'Nos preguntan: '¿Cuánto nos vas a cobrar?' Nada, esto es gratuito, contestamos. '¡Ah, entonces tú trabajas para el Gobierno!' Y no dicen palabra'. 'Tienen tanto miedo que mienten incluso en su contra'. 'Tienen familia aquí, que explicaría una visita, y lo ocultan, y claro, cuando se lo cuentas a la policía ya no se lo creen', añade Marañón.

A pesar de su aparente complejidad, el proceso es rápido. Aunque la policía tiene un plazo legal de 72 horas para proceder a la expulsión, la media no supera las 24: 'Y eso porque la mayoría de las veces el avión de vuelta ha salido y hay que esperar al día siguiente'. Y rumbo de vuelta a casa.

Un vuelo completo de vuelta a casa

El mayor reto de la sección de Fronteras de Barajas llegó el pasado 27 de julio a las 7.30 en un avión de Air Europa. Un vuelo con 98 ecuatorianos era sospechoso de haber sido fletado por mafias. Al final, 78 personas fueron devueltas en los dos días siguientes. Hubo que recurrir a todos los agentes que se pudo localizar, habilitar más ordenadores, llamar a otros cuatro abogados... Teresa Maragán, letrada de oficio de turno aquel día, recuerda aquella jornada de más de 12 horas con angustia: 'Al final no podía más, casi me pongo a llorar. Estaban tan desamparados... Por la tarde quise ir a comer un bocadillo y, al ver que me iba, comenzaron a agarrarme y decirme: 'Quédese, por favor'. Los policías les tratan muy bien, están muy preparados y las instalaciones son buenas. Pero casos así les desbordan. Aquel día, tras detener ese vuelo, no pudieron controlar el resto, que pasaron sin control'.

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