Tenista por devoción paterna

Su victoria sobre Juan Carlos Ferrero en Nueva York concluyó con una amplia sonrisa. Tommy Robredo, de 19 años, es feliz, vive su mejor momento; pero no se altera. Siempre ha tenido la cabeza muy bien amueblada y desde que hace tres años entrara en el grupo de élite de la Federación Española lo tiene muy claro: 'Lo que quiero es jugar, divertirme y llegar lo más lejos posible, hasta dónde mi juego me permita, sin prisas'.

Robredo es así. Capaz de sonreír cuando las cosas no le funcionan, pero también de controlar sus emociones en la euforia. Sabe lo que quiere y cómo conseguirlo. Lo apr...

Su victoria sobre Juan Carlos Ferrero en Nueva York concluyó con una amplia sonrisa. Tommy Robredo, de 19 años, es feliz, vive su mejor momento; pero no se altera. Siempre ha tenido la cabeza muy bien amueblada y desde que hace tres años entrara en el grupo de élite de la Federación Española lo tiene muy claro: 'Lo que quiero es jugar, divertirme y llegar lo más lejos posible, hasta dónde mi juego me permita, sin prisas'.

Robredo es así. Capaz de sonreír cuando las cosas no le funcionan, pero también de controlar sus emociones en la euforia. Sabe lo que quiere y cómo conseguirlo. Lo aprendió en casa. Igual que el tenis. Porque Robredo es básicamente un producto de su padre, Ángel, que impuso el tenis como condición a su esposa antes de casarse. Ángel le dejó claro que el tenis ante todo.

Y así fue. Enseñó lo que es el tenis a Tommy -nombre sacado de la célebre ópera rock del grupo The Who- en una pista solitaria en Hostalric (pueblo natal de Robredo, en la provincia de Girona), y luego, dejó su trabajo para dirigir la escuela de tenis de Olot.

La evolución de Tommy fue sorprendente. Consiguió que la Federación Catalana desplazara un técnico tres veces por semana a Olot, porque su familia prefirió retenerle a su lado a los 12 años. Fue campeón mundial infantil, sub-16, de Europa, de la Orange Bowl y de la Sunshine Cup. Y luego fue un júnior brillante. De eso hace sólo un año. En enero de 2000, Robredo ganó a Andy Roddick, el estadounidense de 19 años que se ha convertido en la joya del tenis de su país, en un torneo júnior en Australia. Hoy volverán a enfrentarse en busca de un puesto en los cuartos de final del Open de Estados Unidos. Robredo es el 39º mundial, tras ganar en Sopot. Roddick ha ganado tres torneos y ha escalado ya hasta el 18º puesto. Para ambos es el mejor momento: ninguno de los dos había llegado tan lejos en un Grand Slam.

Masculinos. Tercera ronda: Clement (Fra)-Moyà 6-7 (3-7), 6-4, 6-4, 6-0. Agassi (EEUU)-Federer (Sui) 6-1, 6-2, 6-4. Kuerten (Bra, 1º)-Mirnyi (Bielorrusia) 6-7 (5-7), 5-7, 7-6 (7-4), 7-6 (7-3), 6-2. Femenino. Octavos de final: Hingis (Sui, 1ª)-Dokic (Yug) 6-4, 6-0. Capriati (EEUU, 2ª)-Schett (Aus) 6-3, 6-3.