La inteligencia como problema

La falta de programas de educación especial para niños superdotados lleva a los padres al extremo de desescolarizarlos

'Baja la mano, ya sé que te lo sabes'. A los 11 meses, mientras su padre le daba de comer la papilla, Marta aprendió a distinguir los colores; a los tres años recitaba el abecedario y a los cuatro restaba llevando; a los seis su mayor preocupación era la justicia. Por eso su maestra le ordenaba, una y otra vez, bajar la mano. 'Para qué voy a estudiar si no me van a preguntar', se lamentaba la cría.

Marta, una niña andaluza de ocho años, tiene un cociente intelectual de 140 (lo normal es 100). Pertenece a ese 2,5% de la población con alta capacidad intelectual. ¿Niña privilegiada? 'En Es...

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'Baja la mano, ya sé que te lo sabes'. A los 11 meses, mientras su padre le daba de comer la papilla, Marta aprendió a distinguir los colores; a los tres años recitaba el abecedario y a los cuatro restaba llevando; a los seis su mayor preocupación era la justicia. Por eso su maestra le ordenaba, una y otra vez, bajar la mano. 'Para qué voy a estudiar si no me van a preguntar', se lamentaba la cría.

Marta, una niña andaluza de ocho años, tiene un cociente intelectual de 140 (lo normal es 100). Pertenece a ese 2,5% de la población con alta capacidad intelectual. ¿Niña privilegiada? 'En España la inteligencia es más una desgracia que una suerte', explica Luz Pérez, profesora de psicología de la Universidad Complutense de Madrid y experta en niños superdotados. 'Los maestros carecen, en general, de formación para tratarlos. Nos hemos fijado más en los niños con inteligencia por debajo de la media', añade.

Un Real Decreto de 1995 reconoce la existencia de niños superdotados, pero están prohibidas las escuelas de élite intelectual

En el Congreso Internacional de Superdotados de Barcelona, 700 especialistas de 54 países han discutido recientemente la situación de estos niños pero, a buen seguro, el tema saltará a la calle con la emisión a finales de año del concurso Pequeños grandes genios en Televisión Española, producido por Valerio Lazarov. La idea procede de un programa de EE UU donde los niños de altas capacidades intelectuales compiten con sus conocimientos. De momento, a la Asociación Española de Superdotados y Gente con Talento (AESG) no le ha gustado el anuncio que emite televisión porque da una mala imagen de estos niños.

Marta no estará entre los 200 niños que el programa comenzó a seleccionar el pasado viernes porque, aunque lo sospecha, desconoce que es superdotada. Sólo lo saben sus familiares más próximos. 'La gente cree que son niños raros', explica Gabriel, padre de Marta, 'por eso lo ocultamos'.

Marta aprende deprisa, profundiza en los temas, tiene muy buena memoria y curiosidad por aprender. Su juego favorito es diseñar en el ordenador vestidos para la muñeca Barbie y es un hacha de la natación. Pero odiaba el colegio. Se aburría. 'La maestra era hostil con la niña y la cambiamos de colegio', explica Gabriel. Al contrario que su hermano de cinco años, Marta es muy introvertida. Ambos son superdotados, pero el equipo de orientación escolar de la Junta de Andalucía ha decidido evaluar sólo al niño. 'No nos han explicado por qué no quieren evaluar a la niña', lamenta Gabriel, que asegura que Marta está contenta con su nueva maestra y no insistirá más a la Junta.

En Andalucía no existe un programa especifico para superdotados y la familia de Marta, con un solo sueldo de funcionario, costea cursos de habilidades sociales y de actividades extraescolares. Mientras a su hermano lo van a acelerar, a adelantar un curso-una estrategia que no conviene a todos los niños-, Marta se desacelera para adaptarse a los niños de su clase. Esta situación es, según Alicia Rodríguez, presidenta de AESGT, 'demasiado frecuente. Sobre todo las niñas se callan, pasan desapercibidas. Hay padres que ante el sufirmiento de sus hijos los desescolarizan y las denuncias a Educación se multiplican. En Canarias llevan 18 sentencias judiciales ganadas'.

A Marta sus padres le imponen una dura disciplina de trabajo. 'No necesitan esforzarse y al llegar a secundaria carecen de disciplina. Y el problema es que se aburren y pierden la motivación por los estudios. No son niños problemáticos, el problema lo tienen si no se les da lo que necesitan', explica Marisol Ruiz del Gabinete de psicología Athenea que evaluó a Marta. 'El 48% de los niños de alta capacidad de Madrid tienen notas normales e incluso suspensos en secundaria y el fracaso escolar es del 17%', añade Pérez.

Un real decreto de 1995 reconoce que hay niños superdotados. Existen Centros de Alto Rendimiento Deportivo, pero están prohibidas las escuelas de élite intelectual. De 1995 a 2000, los colegios de la Comunidad de Madrid han hecho 124 solicitudes de aceleración y se han concedido 56. Muchas otras las han frenado los mismos centros, según AESG.

La falta de respuestas de Educación ha multiplicado las asociaciones de padres de niños superdotados. En Navarra, una familia, angustiada desde hace cuatro años por el estado de su hija de altas capacidades intelectuales, Rosa de ocho años, ha organizado la Asociación Navarra de Superdotados y Talentosos que en dos meses ha contactado sólo en Pamplona con 200 familias. Rosa pasa seis horas semanales con un psicólogo privado para tratar de paliar la fobia al colegio que le ha originado una anorexia nerviosa. Como muchos padres, los de Rosa tuvieron que acudir a un centro de Valladolid para obtener un informe psicopedagógico que evaluó el CI de María en 143. Pagaron 75.000 pesetas (más la estancia). Después, el Centro de Recursos Especiales de la Comunidad de Navarra le facilitó el cambio de colegio pero, para su sorpresa, carece de recursos para atender a la niña que 'está en un hoyo del que no sale', explica entre lágrimas su madre.

Ángel, un niño andaluz de 10 años, pertenece a ese escasísimo grupo con un CI de 160. Es un niño motivado en los estudios y extrovertido. Practica artes marciales y fútbol sala. 'Cuando supimos que era superdotado entendimos por qué pasó los primeros cuatro años de colegio llorando. Se aburría pintando', cuenta su padre. A Ángel todo le ha ido muy bien. Ha adelantado un curso en primaria y se examina de materias del año anterior para evitar las 'lagunas académicas'. Pero al contrario que en EE UU donde los niños pueden cursar asignaturas en la universidad, Ángel sólo podrá adelantar un curso más en secundaria y, como muy pronto, con 15 años será universitario. Ahora asiste al colegio con chavales mayores y tiene problemas para mantener el liderazgo, otra característica del superdotado. 'Tiene que ingeniárselas para mandar', bromea su padre.

Los programas para superdotados que reúnen a estos niños dos veces al mes son, según AESGT, insuficientes. Los especialistas consideran que lo mejor es la adaptación curricular que les permita seguir su propio ritmo de estudios en clase. Que lleguen o no a ser eminencias parece no importar a los padres. ¿El éxito? 'Si no llegan donde ellos quieren habrán fracasado. Pero Marta tiene opiniones poco corrientes. La sociedad necesita de estos niños, de formas nuevas de ver las cosas. Deberíamos aprovecharlos', afirma su padre.

Varios niños participan en el Congreso Internacional sobre niños superdotados en Barcelona.ALBERT OLIVE / EFE

Superdotadas y 'supervulnerables'

Si no consideramos los factores sociales no se comprende que, mientras entre los alumnos de 6 a 12 años el 45% de los superdotados son chicas y el 55% chicos, el porcentaje de chicas superdotadas baje al 25% a partir de los 12 años y el de chicos suba al 75%, según un estudio de las psicólogas Luz Pérez y Pilar Domínguez. Los 14 años parecen ser el momento de declive de las chicas en los test psicopedagógicos. Las diferencias en las aspiraciones profesionales de chicos y chicas se deben no tanto a las capacidades como a los impedimentos sociales. Las alumnas con problemas son ligeramente más numerosas que su compañeros, pero las causas de esos problemas se centran en sentimientos de inseguridad. El estudio muestra a las chicas socialmente muy adaptadas, conformistas, preocupadas por su imagen y por su interacción con los demás. Sus familias las consideran más fácilmente educables que a los chicos. Un rasgo de personalidad detectado en numerosos estudios en mujeres de alta capacidad intelectual es el perfeccionismo; las altas metas, por inalcanzables, generan baja autoestima y ansiedad. Con el anhelo de perfección se relaciona el síndrome de la abeja reina que lleva a mujeres con alto nivel profesional a buscar el diez en cada cosa que hacen y a una tensión psicológica constante que las conduce frecuentemente a la depresión.