Abran paso al nuevo Celedón

Se llama Gorka Ortiz de Urbina, mide 1,90 y pesa 98 kilos. A sus 29 años, recibirá esta tarde su primer bautismo de masas, un orgullo o una pesadilla, según se mire, pero algo que no deja impasible ni al más templado: ser el protagonista del papel principal de las fiestas de Vitoria, el Celedón, que desde 1957 viene representando mejor que ningún otro personaje el inicio de unos festejos populares.

Y para encarnarlo no podía hacerlo otro que un vitoriano, blusa (miembro de las cuadrillas que animan estos días), euskaldun y, sobre todo, dotado de la fortaleza física necesaria para...

Se llama Gorka Ortiz de Urbina, mide 1,90 y pesa 98 kilos. A sus 29 años, recibirá esta tarde su primer bautismo de masas, un orgullo o una pesadilla, según se mire, pero algo que no deja impasible ni al más templado: ser el protagonista del papel principal de las fiestas de Vitoria, el Celedón, que desde 1957 viene representando mejor que ningún otro personaje el inicio de unos festejos populares.

Y para encarnarlo no podía hacerlo otro que un vitoriano, blusa (miembro de las cuadrillas que animan estos días), euskaldun y, sobre todo, dotado de la fortaleza física necesaria para sobrepasar el gentío que esta tarde inundará la plaza de la Virgen Blanca.

La cita, como siempre, será a partir de las seis de la tarde. Este año, además, el comienzo de La Blanca cae en sábado, con lo que la afluencia de gente será mucho mayor que en las últimas ediciones, cuando ya se ha podido confirmar la trascendencia que van tomando los festejos.

Ortiz de Urbina lo tiene asumido. Anoche cenó con Iñaki Landa, su predecesor, y José Luis Isasi, el genuino representante del Celedón. En la sobremesa recibió los consejos de sus padrinos, entre los que no faltan los correspondientes a la discreción. 'Soy el representante, durante esa hora y media, de todos los vitorianos y alaveses. Y además ya sé que, a partir de ahora, mis opiniones se van a asociar a Celedón, no a Gorka Ortiz de Urbina', comenta el joven vitoriano.

Miembro de la cuadrilla Bereziak desde hace 15 años, el joven ha sido además su presidente en los últimos tiempos. Todo esto se acabó. Bastante si consigue disfrutar de las fiestas como en años anteriores. 'Mi único compromiso, de momento, es la subida hasta la Balconada de San Miguel y la responsabilidad de dar comienzo a las fiestas'.

Aunque breve, tendrá que sobrellevar esta tarea hasta el 9 de agosto y, luego, a lo largo de todo el año. Durante los días de fiestas, eso sí, habrá un cambio con respecto a Iñaki Landa. 'Hay que tener en cuenta que se ha producido un salto generacional: Iñaki, por razones de edad, llevaba unas noches más tranquilas, pero yo quiero seguir disfrutando de la fiesta, aunque tengo claro que este año no va a ser lo mismo', comenta el nuevo símbolo de los festejos.

Su tranquilidad (aparente, al menos) no es suficiente para aplacar la trascendencia del compromiso. 'Cuando Iñaki Pérez de San Vicente, el presidente de la comisión de blusas, me dijo que se había pensado en mí para encarnar al próximo Celedón, no esperaba que el papel tuviera estas consecuencias propias de la fama, pero luego Iñaki Landa ya me ha ido poniendo en antecedentes', recuerda ahora Ortiz de Urbina.

Eso sí, el paseo que realizará hoy este joven supondrá una nueva época para el Celedón. Isasi representaba las fiestas de aquella capital de provincias ahogada bajo el gris de la dictadura. Landa llegó con el despertar de la capital de Euskadi, y ahora Ortiz de Urbina afronta la masificación de las fiestas de La Blanca. El recorrido será el mismo y Gorka mantendrá las frases que hizo famosas Landa: 'Viva la Virgen Blanca, gora Andra Mari Zuria. Viva Celedón, gora Celedon'.