Crítica

Grandes cuartetos de cámara

Si las dos representaciones de Così fan tutte, de Mozart, en Santander, han constituido el gran éxito multitudinario de los Encuentros Música y Academia, no menor importancia ha tenido la serie de música de cámara con la presencia de cuartetos jóvenes, avezados y anticipadamente magistrales.

Los cuartetos Hugo Wolf, de Austria; Skampa, de la República Checa; Psophos, de Francia; Andriane y Klimt, de Italia, y Kuss, de Alemania, han precedido al programa del Cuarteto Albéniz, de la Escuela Superior Reina Sofía, que orientan los profesores Farulli y Gulyas y forman los españoles Ju...

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Si las dos representaciones de Così fan tutte, de Mozart, en Santander, han constituido el gran éxito multitudinario de los Encuentros Música y Academia, no menor importancia ha tenido la serie de música de cámara con la presencia de cuartetos jóvenes, avezados y anticipadamente magistrales.

Los cuartetos Hugo Wolf, de Austria; Skampa, de la República Checa; Psophos, de Francia; Andriane y Klimt, de Italia, y Kuss, de Alemania, han precedido al programa del Cuarteto Albéniz, de la Escuela Superior Reina Sofía, que orientan los profesores Farulli y Gulyas y forman los españoles Juan Espina e Irene Echeveste, la rumana Iustina Bumbu, viola, y el polaco Michal Dmochowsky, violonchelo.

Todos ellos veinteañeros, no lo parecían a la hora de tocar con gran técnica y hondura de concepto, cuartetos tan señeros como el En do mayor, de Haydn -prodigio de invención renovadora-, de Mozart -siempre perfecto y encantatorio como decía Stendhal- y el de Mauricio Ravel, ya en plenitud de pensamiento y lenguaje del siglo XX.

Entusiasmo

Era de ver y admirar el arte de estos instrumentistas que serán muy pronto maestros, y no menos, el entusiasmo del público para las más altas y rigurosas expresiones de la música, desde Mozart a Penderecki.

Así, la ópera mozartiana por un lado, representada el pasado fin de semana en el Palacio de Festivales, y la esencialidad de la música de cámara, por otro, podrían definir los primeros encuentros Música y Academia como cita de grandes profesores y escuelas internacionales como las de París, Berlín o Fiesole.

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