Tribuna

Reflexiones para un día rutinario

Ayer me permití el lujo de realizar una encuesta autorizada entre mis compañeros momentos antes de la salida. El resultado, además de previsible, hubiera sido un tanto deprimente para el organizador, pero para su alegría, mi crónica nunca se recibió en la redacción, o quizá (me hace más ilusión creerlo así) se perdió por el camino.

El caso es que después de los saludos plurilingües pertinentes, unos más sinceros y más efusivos que otros, y después de felicitar a los que se lo merecían, pasé directamente a la acción. Sí, les dije, ya sé que os extrañáis de verme así, sin culotte n...

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Ayer me permití el lujo de realizar una encuesta autorizada entre mis compañeros momentos antes de la salida. El resultado, además de previsible, hubiera sido un tanto deprimente para el organizador, pero para su alegría, mi crónica nunca se recibió en la redacción, o quizá (me hace más ilusión creerlo así) se perdió por el camino.

El caso es que después de los saludos plurilingües pertinentes, unos más sinceros y más efusivos que otros, y después de felicitar a los que se lo merecían, pasé directamente a la acción. Sí, les dije, ya sé que os extrañáis de verme así, sin culotte ni dorsal. No, tranquilos, que no lo he dejado, sólo que preparo la Vuelta a España y paso el rato con estas cosas, pero bueno... dejadme hablar, que he venido a preguntaros: en un día como el de hoy ¿todavía os dura la pasión por la bici?, ¿recordáis con alegría quién os empujó a esto?, ¿disfrutáis de verdad sobre ese cacharro de dos ruedas?, ¿os queda motivación?, ¿os gustaría volver el año que viene?, ¿creéis saber qué es el auténtico sufrimiento?, ¿a qué llamáis dolor de piernas?, ¿por qué os caéis tan a menudo, no os tiraréis queriendo, no? (llegado este punto, al notar cierta tensión, decidí acabar la entrevista).

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Hubo un leve conato de plante y, tras las discusiones habituales, se decidió dedicar unos minutos a la reflexión. Poco después, un portavoz declaró que, a excepción de los portadores de los maillots, ¡sólo dos corredores querían tomar la salida! Al poco, salieron, y creo que, como gesto de admiración, el grupo les dejó ser primero y segundo.

Pedro Horrillo es corredor del Mapei.

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