Un toxicómano mata a su madre en Valencia de varias puñaladas
Un toxicómano de 26 años mató ayer a su madre de varias puñaladas en Almussafes (Valencia). Eran las 8.50 cuando la Policía Local del pueblo se personaba en la calle de Ramón y Cajal número 18. En el dormitorio principal de la vivienda, una planta baja, yacía sin vida, con el cuchillo aún clavado en el cuello, ensangrentada y con varias puñaladas Isabel Alòs Serra, de 54 años. Su hija, de 21 años, fue quien encontró a su madre ya cadáver. El marido, que estaba trabajando en el campo, había salido de casa a las 6.30. El hijo estaba, supuestamente, haciendo deporte. Pasadas las cinco de la tard...
Un toxicómano de 26 años mató ayer a su madre de varias puñaladas en Almussafes (Valencia). Eran las 8.50 cuando la Policía Local del pueblo se personaba en la calle de Ramón y Cajal número 18. En el dormitorio principal de la vivienda, una planta baja, yacía sin vida, con el cuchillo aún clavado en el cuello, ensangrentada y con varias puñaladas Isabel Alòs Serra, de 54 años. Su hija, de 21 años, fue quien encontró a su madre ya cadáver. El marido, que estaba trabajando en el campo, había salido de casa a las 6.30. El hijo estaba, supuestamente, haciendo deporte. Pasadas las cinco de la tarde se sabría que no.
El hombre, adicto a la cocaína, fue detenido por efectivos de la Policía Local de la cercana localidad de Alginet cuando buscaba dónde proveerse. Trasladado a las dependencias de la Guardia Civil, y según fuentes del instituto armado, Francisco S. A. confesó haber apuñalado varias veces a su madre tras un forcejeo. Él quería dinero para su dosis. Su madre se negó y se enzarzaron en una pelea. Francisco cogió un cuchillo, la amenazó, la empujó sobre la cama y le clavó el arma varias veces. Después huyó.
Nadie daba crédito a lo ocurrido. Los vecinos más cercanos, que conocían a la familia, pensaron en un robo. Pero en una primera inspección, la casa no registraba signos de violencia. No había sido forzada la entrada, no había cristales rotos y no faltaba nada.
Mientras agentes del instituto armado iniciaban la investigación, Francisco S., marido de la víctima, fue localizado e informado de lo ocurrido. El hijo, que trabaja en el campo con su padre, no regresó a la hora que solía cuando hacía footing. Las sospechas se confirmaron pasadas las cinco de la tarde, cuando éste confesó el crimen.