Entrevista:MARCELA MIRÓ | PRESIDENTA DE LAS CORTES VALENCIANAS

'No me siento ni presionada ni incómoda'

La presidenta de las Cortes Valencianas, de 49 años, defiende su independencia frente al Gobierno. Asegura que se sintió insultada cuando la llamaron 'tontita' y se declara especialmente satisfecha por el acuerdo sobre la Acadèmia Valenciana de la Llengua.

Pregunta. ¿Cuál es su balance de dos años de legislatura y de presidencia de las Cortes?

Respuesta. Es positivo, sobre todo este último periodo de sesiones ha sido muy satisfactorio, por los trabajos y hechos que han tenido lugar, como la constitución de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, que creo que es el hec...

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La presidenta de las Cortes Valencianas, de 49 años, defiende su independencia frente al Gobierno. Asegura que se sintió insultada cuando la llamaron 'tontita' y se declara especialmente satisfecha por el acuerdo sobre la Acadèmia Valenciana de la Llengua.

Pregunta. ¿Cuál es su balance de dos años de legislatura y de presidencia de las Cortes?

Respuesta. Es positivo, sobre todo este último periodo de sesiones ha sido muy satisfactorio, por los trabajos y hechos que han tenido lugar, como la constitución de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, que creo que es el hecho más significativo de este periodo.

P. ¿Qué diferencia encuentra entre su actual destino y sus anteriores ocupaciones como consejera de Cultura y Bienestar Social?

'Todos los grupos tienen la libertad para plantear las iniciativas que quieran, cuando quieran'

R. No son comparables, porque la presidencia de las Cortes conlleva un papel institucional, de mediador entre los grupos, de habilitar el debate. Pero me siento orgullosa de presidir las Cortes.

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P. ¿Echa de menos la Universidad?, ¿piensa volver?, ¿necesitará reciclarse si finalmente lo hace?

R. Yo salí de la Universidad, y cuando deje la política volveré, y seguro que necesitaré reciclarme.

P. ¿Está atascada la Cámara?

R. Yo no diría que está atascada, hemos puesto en marcha medidas para que las cosas más urgentes o de mayor calado político puedan verse de manera bastante inmediata. Ha habido 12.500 iniciativas de control al Gobierno en estos dos años, que son muchas, pero creo que los debates de calado, al menos en este último periodo, los hemos afrontado con rapidez.

P. Los asuntos se debaten con mucho retraso y el orden del día rara vez se completa.

R. Hemos habilitado la manera de que un orden del día lo fijamos con la suficiente proximidad al pleno para que se ajuste a la realidad y sí que ha habido sesiones que han terminado casi todo el debate previsto. Recuerdo que había plenos en otras legislaturas que tenían 30 puntos y se veían seis; ahora, si tienen 15 puntos, se ven 15 o 14. Lo que he tratado de ajustar es tanto la realidad del debate en el pleno como aproximar el Parlamento al debate real de la sociedad. Hemos conseguido acercarnos a ese óptimo, aunque en ocasiones, al haber tantas iniciativas, algunas tardan en verse. Pero me siento bastante satisfecha de la aproximación en el tiempo que hemos conseguido, por lo menos en los grandes temas.

P. ¿Qué aspectos del Reglamento de las Cortes modificaría?

R. Habría que intentar mejorar aquellos aspectos que permitieran conseguir mayor eficacia parlamentaria, unas Cortes más modernas y eficaces. Pero son los grupos parlamentarios los que tienen la palabra. Se hará lo que éstos acuerden, porque una modificación del Reglamento tiene que hacerse con el máximo consenso.

P. La oposición le ha acusado de actuar de correa de transmisión del Consell, de usar distintas varas de medir, de no ejercer de forma ecuánime su labor de árbitro y defensa de los diputados.

R. Eso es algo que la oposición tiene que decir. Pero uno de los objetivos que me marqué fue ser la presidenta de todos los diputados, sean del grupo que sean; he defendido y mantenido los mismos derechos y deberes a todos los diputados y lo seguiré haciendo.

P. Pero a veces parece que es el Gobierno quien convoca. La semana pasada el Consell convocó la Diputación Permanente pedida por la oposición.

R. Cuando yo recibo las dos peticiones de convocatoria urgente de los dos grupos de la oposición, convoco inmediatamente la Mesa de la Diputación Permanente y, al mismo tiempo, la junta de portavoces. Y es ésta la que decide. Otra cosa es que desde la convocatoria de la junta de portavoces hasta la celebración de la sesión hay que poner un tiempo. Y eso nos lleva al lunes, la fecha que yo propuse. Otra cosa es que el Gobierno pensara igual Pero, sin ir más lejos, el Gobierno propuso las 12 de la mañana y yo he dí instrucciones para que se celebrara por la tarde.

P. ¿No se siente a veces incómoda por ciertas indicaciones del Consell?

R. No, vamos a ver. En la junta de portavoces hay tres grupos parlamentarios, y son ellos los que manifiestan su voluntad o no, por el motivo que sea, de convocar determinadas sesiones. Y en la junta hay voto ponderado, en función de lo que votaron los valencianos, y son la legitimidad democrática y la voluntad popular las que dicen su voz en la junta. Si hay una voluntad popular expresada por el grupo mayoritario, que es el del PP, la presidenta tiene que hacer lo que la voluntad mayoritaria pide. Mi máximo respeto a la legitimidad democrática y a las opiniones de la minoría parlamentaria o de los grupos de la oposición, pero hay un Parlamento con una configuración que se estableció en las urnas y eso no podemos perderlo de vista. Por tanto, no me siento ni presionada, ni incómoda.

P. En las Cortes Valencianas se ha percibido cierta crispación en los últimos meses. ¿Cree que aquí se puede dar el caso de que los diputados lleguen a las manos, como en Japón o Italia?

R. Creo que no. Lo que se produce es el natural enfrentamiento dentro del debate político entre el grupo que apoya al Gobierno y la oposición. Que en determinados momentos puntuales hayan llegado a un nivel de crispación no aconsejable, estoy de acuerdo. Y que no es bueno pasar a los insultos, también estoy de acuerdo. Pero eso es algo que prefiero olvidar y que forme parte de una etapa digamos no muy brillante.

P. ¿Se ofendió cuando le dijeron que parecía tontita cuando la compraron? ¿No se podía entender como un cumplido?

R. En aquel momento, cuando lo oí, en directo, pensé: si no soy mujer, no se me dice esto. Esa fue mi reacción, si llego a ser un hombre, nadie me dice eso. Y luego, sí que me sentí insultada personalmente. No es agradable que le insulten a uno. En el debate, cuando uno pierde los nervios, se puede entender, si luego se disculpa o algo así... Pero no lo hizo.

P. Sin embargo, se le ha visto después departir amigablemente con el diputado socialista que pronunció esas palabras.

R. Porque hay una cuestión que yo no pierdo nunca de vista, que es el papel institucional que me corresponde como presidenta de las Cortes y defensora del respeto y la dignidad de la institución por encima de todo. Cualquier diputado, incluso el que dijo eso, tiene todo mi respeto, y lo seguirá teniendo. Las formas son fundamentales. Creo que va en el cargo de presidenta. Y también en mi forma de ser.

P. ¿De qué han servido los debates de calado planteados por el Consell?

R. Pues para saber cuál es la situación actual y las perspectivas de futuro que el Gobierno de Eduardo Zaplana quería dar a conocer en las Cortes, que son la primera institución de la Generalitat y está bien que esos temas de preocupación para la sociedad valenciana se debatan aquí.

P. ¿Y qué le parece que el Consell aprovechara iniciativas ajenas para llevarlos a cabo? La oposición dijo que les había pirateado.

R. La oposición ha hecho 12.500 solicitudes de iniciativa parlamentaria en estos dos años y es lógico que algunas de las que plantee el Gobierno coincidan. Todos los grupos tienen libertad para plantear las iniciativas que quieran, cuando quieran. De hecho, algunas que se agruparon con las del Gobierno han vuelto a ser pedidas posteriormente, sin quitar ninguna posiblidad a la oposición. ¿Que han coincidido con iniciativas de la oposición? Pues han coincidido. ¿Pasa algo? ¿Eso repercute negativamente en los ciudadanos? Creo que tenemos que intentar centrarnos en pensar por qué estamos como diputados y ante quién debemos responder. Eso es algo que no debemos perder de vista. Somos el primer servicio público, con una legitimidad que nos dan las urnas.

P. ¿Cuáles son sus aspiraciones políticas?

R. Ejercer lo mejor posible la presidencia de las Cortes.

P. ¿Y después?

R. Soy una persona que llegó a la política en 1995 desde el mundo de la Universidad, que ha asumido distintas responsabilidades, de lo cual me siento muy orgullosa y también muy agradecida, y la verdad es que no me planteo el después. Me planteo el presente de esta cuarta legislatura y de los dos años que quedan. Dos años son mucho tiempo en política.

P. ¿Cree que los acontecimientos de los últimos meses en torno a la Sindicatura de Greuges han prestigiado la institución?

R. Me siento satisfecha de que se haya nombrado el Síndic, que se haya hecho por unanimidad y que hayamos terminado el periodo de sesiones nombrando a los dos adjuntos. Ahora es responsabilidad del Síndic y de los adjuntos el trabajo en la institución.

Marcela Miró, en las Cortes.MÓNICA TORRES

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