Reportaje:FÚTBOL

La 'Conexión de Río': Minguella y Mateo

El asesor del Barça y un agente que intervino en el 'caso Geovanni' admiten haber sido socios de bingos y en negocios de jugadores

'¿Sabes quién tiene la culpa de todo? ¡Tu jefe, Minguella! ¡Ya se lo diré cuando le vea en el club de tenis'. Chus Pereda, ex seleccionador juvenil y sub-21 y ex futbolista del Barça, increpaba de esa forma en un hotel de Río a Juan Mateo, un abogado argentino, presente en la negociación entre el club azulgrana y el Cruzeiro para contratar al brasileño Geovanni, de acuerdo al relato del propio Pereda.

Pereda asegura que el Barça pagó un sobreprecio en el fichaje de 1.200 millones de pesetas y que Josep Maria Minguella, ex agente de jugadores y asesor del presidente azulgrana, Joan Gaspa...

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'¿Sabes quién tiene la culpa de todo? ¡Tu jefe, Minguella! ¡Ya se lo diré cuando le vea en el club de tenis'. Chus Pereda, ex seleccionador juvenil y sub-21 y ex futbolista del Barça, increpaba de esa forma en un hotel de Río a Juan Mateo, un abogado argentino, presente en la negociación entre el club azulgrana y el Cruzeiro para contratar al brasileño Geovanni, de acuerdo al relato del propio Pereda.

Pereda asegura que el Barça pagó un sobreprecio en el fichaje de 1.200 millones de pesetas y que Josep Maria Minguella, ex agente de jugadores y asesor del presidente azulgrana, Joan Gaspart, mercadea con información privilegiada del club para favorecer a sus amigos y agentes de futbolistas en Brasil.

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Las sospechas se ciernen sobre la junta del Barça porque tres de los amigos de Minguella estuvieron en un momento u otro en la reunión con el Cruzeiro: los brasileños Jorge Machado y Gilmar Veloç, y Juan Mateo. El cuarto es Mario Rossi, el agente que representa a Fabio Rochembak, el otro brasileño contratado por el Barcelona. Mateo y Minguella han admitido a este diario haber compartido un despacho de jugadores en Brasil -la policía les investigó y llegó a imputar al primero- y haber sido socios en una red de siete bingos en Bulgaria. Ahora, dicen, ya no les une nada.

Mateo se apresura a afirmar que, 'obviamente', hizo negocios con Minguella cuando era empresario, aunque ahora sólo le trata como 'al gerente de cualquier otro club'. Y mantiene que su relación con su ex socio se limita a hacer de enlace entre el Barça y los clubes brasileños: 'Yo, hace seis años que vivo en Brasil y tengo contactos. Sé con quién hay que hablar y con quién no. Puedo asesorar quién decide aquí o allí'. Según su versión, este año se ha limitado a hacer el contacto entre el Barcelona y el Internacional de Porto Alegre para fichar a Lucio: 'Pero las negociaciones desgraciadamente fracasaron. También intervine en el fichaje de Rochembak. Pero el Internacional de Porto Alegre actuó directamente. Y al jugador lo representaba Mario Rossi'.

La relación comercial entre Mateo y Minguella se fraguó unos años atrás, cuando ambos participaron en una red de bingos en Bulgaria, en la que también estaba involucrado el ex futbolista azulgrana Hristo Stoichkov. 'Pero yo no tuve nunca una acción en ese negocio, aunque sí es verdad que invertí una escasa cantidad de dinero porque allí todo era muy cutre. El negocio lo llevaba sustancialmente Mateo', admitió Minguella, que no tuvo el menor inconveniente en tildar al argentino de 'hombre de mi confianza'. Quizá porque es de dominio público que Mateo fue su abogado en sus anteriores despachos de traspasos de jugadores y que han organizado juntos torneos de tenis. La experiencia búlgara no fue demasiado buena. Mateo y Minguella participaban en una sociedad denominada Multigroup, que tenía diversos bingos que aprovechaban viejos locales de Sofia. Sus socios eran la firma Cirsa, que se dedica al juego en Cataluña, y una serie de 'nuevos empresarios' búlgaros. La asociación no tuvo larga vida: Cirsa rompió con los promotores de Bulgaria acusándoles de mafiosos y fracasó en su primera operación internacional, que le supuso unas pérdidas de de unos 2.000 millones de pesetas. 'Aquello fue de película de miedo', confiesa un portavoz de la compañía catalana.

Cirsa se fue; pero Mateo y Minguella mantuvieron el negocio de los bingos en Bulgaria. Mateo trasladó en 1995 su residencia a Brasil y abrió otro bingo en Porto Alegre (Brasil), del que, según dice, Minguella se desvinculó. La sociedad propietaria del mismo era Cazes, en la que también intervinieron sus socios búlgaros. 'Les invitamos al principio a intercambiar la participación que teníamos en Bulgaria, pero poco después rompimos definitivamente con ellos', recuerda Mateo. 'Es que nos amenazaban a menudo, sufrimos ataques y se quedaban con lo que les daba la gana'.

Pero la tranquilidad le duró poco a Mateo cuando ya estaba plenamente enfrascado en el negocio del traspaso de jugadores. La policía federal brasileña hizo un control rutinario del bingo y acabó requisando múltiples documentos y ordenadores. La policía descubrió contratos multimillonarios que relacionaban a Mateo y Minguella -que, a efectos fiscales, es residente en Mónaco- con traspasos de varios jugadores y en los que supuestamente había problemas con la Hacienda de Brasil. Se trataba de César Prates, del Internacional de Porto Alegre, Christian y Jardel. 'Prates fue un pedido del Madrid', matiza Mateo. Machado y Minguella compraron parte de los derechos de Christian, que comparte la nacionalidad brasileña y portuguesa, y ahora acaba de ser traspasado del París Sant Germain al Burdeos. Jardel acaba de firmar por el Olímpico de Marsella, aunque Minguella negoció directamente con el Oporto el traspaso. La policía llegó a imputar durante ocho meses a Mateo, y Minguella tomó la sabia precaución de no viajar a Brasil.

'Todo aquello fue un disparate. La policía creyó haber encontrado petróleo y no había nada. La prueba es que no hay cargos ni contra mí ni contra Minguella. Y, sin embargo, Jor Celino, el delegado de la policía federal en Porto Alegre, y su segundo, apellidado Vaca, están en prisión por pedir dinero para arreglar asuntos'. La repercusión fue mayúscula y el abogado argentino tuvo que cerrar el bingo.

Mateo considera que la polémica suscitada por el caso Geovanni es absurda: 'Conozco bien al presidente del Cruzeiro; se fue a Barcelona con el auditor del club, y creo que el precio pagado es correcto. No se puede hablar de aumentos de precios injustificados de cuatro millones de dólares. Es impensable desconfiar sobre el destino del dinero pagado por el Barça, que ha ido del Banco de España al Cruzeiro'.

Minguella, junto a Stoitchkov, en una rueda de prensa.CLAUDIO ÁLVAREZ

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