Los vaivenes del Partido Andalucista

Los socios del PSOE en la Junta han mantenido un discurso ambiguo al intentar hacer oposición sin romper su alianza

El PSOE no ha encontrado mucha ayuda en la crisis de las cajas de ahorro en su socio de Ejecutivo, el Partido Andalucista (PA), que con tres diputados en la Cámara autonómica ocupa dos de las 14 consejerías de la Junta. El papel del PA -sobre todo, el de su secretario general, candidato oficial a las elecciones de 2004 y consejero de Relaciones Institucionales, Antonio Ortega- ha sido variable y tornadizo, en correspondencia al indisimulado empeño de sacar ventaja como oposición sin quebrar la unanimidad del Consejo de Gobierno ni de la mayoría parlamentaria. Este ejercicio de funambulismo imp...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El PSOE no ha encontrado mucha ayuda en la crisis de las cajas de ahorro en su socio de Ejecutivo, el Partido Andalucista (PA), que con tres diputados en la Cámara autonómica ocupa dos de las 14 consejerías de la Junta. El papel del PA -sobre todo, el de su secretario general, candidato oficial a las elecciones de 2004 y consejero de Relaciones Institucionales, Antonio Ortega- ha sido variable y tornadizo, en correspondencia al indisimulado empeño de sacar ventaja como oposición sin quebrar la unanimidad del Consejo de Gobierno ni de la mayoría parlamentaria. Este ejercicio de funambulismo imposible se ha traducido en una posición de marcada ambigüedad, cuando no en llamativos tumbos.

Más información

La trayectoria vacilante ha estado condicionada, además, por el cambio a mitad de camino del experto en la materia del partido, Pedro Pacheco, anterior candidato a la Junta y alcalde de Jerez, expulsado del PA hace unos meses por su enfrentamiento con el ex alcalde de Sevilla Alejandro Rojas-Marcos. Desde el Ayuntamiento jerezano, Pacheco, miembro del Consejo de Administración de la Caja San Fernando (previamente fusionada con Caja Jerez), ha defendido con ardor la postura de su presidente, Juan Manuel López Benjumea, y de Isidoro Beneroso, regidor de El Monte. De hecho, el consistorio jerezano es un notable deudor de San Fernando. Aunque acérrimo enemigo de Pacheco, con quien mantiene demandas judiciales, Rojas-Marcos ha sostenido también históricas relaciones con ambos presidentes, no sólo por su condición de ex alcalde: le ligan igualmente los créditos electorales del PA sevillano.

Antonio Ortega relevó a Pacheco en la negociación de las cajas. Y cuando Beneroso y Benjumea entraron en guerra con Manuel Chaves por culminar la fusión personalmente y retrasar la renovación que manda la Ley de Cajas andaluza, dio rienda suelta a su discurso zigzagueante: tan pronto abogaba por la fusión sin renovación, como inventaba una fórmula mágica para 'compatibilizar' ambas (en realidad, poner fecha fija a la renovación, que se haría siempre después de la fusión), so pretexto de mediar en el conflicto. Todo, con un lenguaje esquivo, cargado de matices, y declaraciones expresadas como acertijos para no comprometerse.

Eso no le ha librado de verse en la tesitura de tener que desdescirse sonoramente en dos ocasiones y proclamar que ha sido víctima de embaucamientos de unos y otros. La primera rectificación se produjo tras asegurar que había pactado con Chaves aplazar la renovación y que éste había faltado a su palabra, por lo que se había sentido 'engañado'. Al día siguiente matizó que no se trataba de un acuerdo sino de un 'principio de conversación', una vez que los socialistas lo desmintieron.

El segundo vaivén de bulto quedó registrado en un papel, que firmó junto con los empresarios y el PP, en apoyo de la fusión. Esta vez, a las 24 horas, mostró su 'sorpresa' por el hecho de que el documento hubiera sido rubricado por el PP. 'Me he sentido engañado', volvió a señalar, después de que su socio de Gobierno le reprochara haberse alineado con el PP y la cúpula empresarial 'más rancia'.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Las últimas palabras de Ortega antes de que venciera la tesis de la renovación dan una idea del poco margen que le quedaba ya para mantener un pie en la oposición y otro en el Gobierno y, además, salir ganando: 'Ya no voy a mediar más, el que se mete a separar en las peleas se lleva las guantás'.

Archivado En