El Guggenheim eliminará la suciedad más importante del titanio para este otoño

Como el anuncio televisivo de un producto de limpieza doméstico en el que una ejecutiva extendía la espuma limpiadora por la mesa de reuniones. Así se adecentará la cubierta metálica del Museo Guggenheim por primera vez desde su inauguración en octubre de 1997: con espuma. En este caso no habrá quien pase el paño deslizándose por su difícil superficie. El producto de limpieza, creado por el centro tecnológico guipuzcoano Inasmet, se aspira, y el proceso acaba con un aclarado final con agua a presión. 'Cuando comenzamos a investigar el producto teníamos tres condiciones: que fuera fácil de apli...

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Como el anuncio televisivo de un producto de limpieza doméstico en el que una ejecutiva extendía la espuma limpiadora por la mesa de reuniones. Así se adecentará la cubierta metálica del Museo Guggenheim por primera vez desde su inauguración en octubre de 1997: con espuma. En este caso no habrá quien pase el paño deslizándose por su difícil superficie. El producto de limpieza, creado por el centro tecnológico guipuzcoano Inasmet, se aspira, y el proceso acaba con un aclarado final con agua a presión. 'Cuando comenzamos a investigar el producto teníamos tres condiciones: que fuera fácil de aplicar, que fuese rápido, y que fuese amable con el entorno, no contaminante', señaló ayer Alberto Pelayo, director del departamento de Ingeniería de Inasmet, durante una demostración de la limpieza de las placas de titanio.

Al parecer, todas esas condiciones se han cumplido con esta fórmula -sus compuestos principales no han sido revelados-, que disuelve la suciedad que desde hace tiempo afea la cubierta del gigante de titanio varado en la ría bilbaína.

Se espera que para otoño se haya adecentado la superficie más sucia del museo. 'Esto supone unos 10.000 metros cuadrados aproximadamente, un tercio de la superficie total. Pero se limpiará el edificio entero, ya que se integrarán las paredes de titanio en las rutinas de limpieza del museo', indicó el director del Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte. 'Las zonas más sucias son, curiosamente, las que no son lavadas por la lluvia'. El producto para limpiar todas las planchas, 42.875 en total, le costará al museo 'unas 500.000 pesetas'. El Guggenheim ya ha pagado 14,5 millones a Inasmet por el estudio de las manchas y el desarrollo de la fórmula.

Vidarte afirmó que tanto a la Fundación Guggenheim como a Frank Gehry se les ha mantenido informados de todo este proceso. Se cierra así la polémica suscitada por la suciedad de las placas, que Gehry achacó a la negativa del museo a limpiarlas antes de que se colocaran.

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