¿Destino de mujer?
Autor situado en los márgenes de un sistema industrial reacio a aceptar propuestas tan a contrapelo como las suyas, Pablo Llorca ha ido depurando su cine, desde la confesa admiración de sus modelos (Manoel de Oliveira, por ejemplo), visible en Jardines colgantes o en Todas hieren, hasta su recalado, en vídeo digital, en una estructura narrativa más aferrada al género (el drama, en este caso); es decir, que lo primero que llama la atención aquí es el deseo de llegar a un público amplio. Lo que, no obstante, no debe confundirse con una renuncia.
La espalda de Dios, tí...
Autor situado en los márgenes de un sistema industrial reacio a aceptar propuestas tan a contrapelo como las suyas, Pablo Llorca ha ido depurando su cine, desde la confesa admiración de sus modelos (Manoel de Oliveira, por ejemplo), visible en Jardines colgantes o en Todas hieren, hasta su recalado, en vídeo digital, en una estructura narrativa más aferrada al género (el drama, en este caso); es decir, que lo primero que llama la atención aquí es el deseo de llegar a un público amplio. Lo que, no obstante, no debe confundirse con una renuncia.
La espalda de Dios, título que remite a lo que no se ve en las representaciones divinas, pero tampoco en la vida -el lado oscuro del amor-, sorprende por su voluntad de contar, a tumba abierta, la historia de una autodestrucción, la que vive Rosa (Isabel Ampudia: un trabajo brillante, el suyo) desde que, un poco por azar, se enamora de Iván (Alberto Jiménez: a la altura de su compañera). Desde ahí, y con eficaces elipsis bien trazadas, Llorca cuenta el proceso de degradación de una mujer inteligente, libre y sin ataduras materiales.
Durante 132 minutos, se asiste a una relación de enfermiza dependencia, contada con distancia -pero con pasión-, y no siempre de manera funcional -sobra mucho metraje en esta película, hay reiteraciones que no ayudan a la comprensión de los personajes-. Hay, no obstante, un elemento que a quien esto firma lo aleja radicalmente del filme: la ausencia de valores femeninos positivos asociados a la protagonista y la excesiva reducción de los personajes masculinos. Con tanta voluntad de contar una historia de brutal eficacia, se debe pedir más a un cineasta a quien no le faltan recursos, estilo y experiencia.