GENTE

CENSURA MARROQUÍ A ROMERO DE TORRES

Poco podía imaginar el pintor cordobés Julio Romero de Torres (1874-1930) que más de setenta años después de su muerte dos de sus cuadros iban a ser retirados de una exposición, inaugurada el martes en Casablanca, tras suscitar el escándalo de los responsables de la sala expositora. El motivo de esta censura fue que en ambas obras, Contrariedad (1919) y Santa María Magdalena (1927), el pintor había retratado sendas figuras femeninas con un seno al descubierto. La decisión de no permitir la exhibición de estos retratos partió de la directora general del Banco Comercial de M...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Poco podía imaginar el pintor cordobés Julio Romero de Torres (1874-1930) que más de setenta años después de su muerte dos de sus cuadros iban a ser retirados de una exposición, inaugurada el martes en Casablanca, tras suscitar el escándalo de los responsables de la sala expositora. El motivo de esta censura fue que en ambas obras, Contrariedad (1919) y Santa María Magdalena (1927), el pintor había retratado sendas figuras femeninas con un seno al descubierto. La decisión de no permitir la exhibición de estos retratos partió de la directora general del Banco Comercial de Marruecos, institución que había prestado la sala para esta exposición, organizada por el Instituto Cervantes de Casablanca y por la Diputación Provincial de Córdoba. El director del Instituto Cervantes de Casablanca, Federico Arbós, intentó hacer cambiar de opinión a la responsable del banco marroquí aduciendo el valor pictórico de los cuadros, argumento que no dio ningún fruto, ya que esta directiva afirmaba que 'los desnudos están muy mal vistos en Marruecos'. Según los responsables españoles de la exposición, el banco marroquí reaccionó de esta forma a causa del miedo a recibir críticas por parte de sectores conservadores de la sociedad local. Ante la imposibilidad de convencer a los responsables marroquíes, el director del Cervantes decidió que se retiraran los cuadros, que ya habían sido colgados en la sala, aunque dejando el hueco de los mismos libre, así como las tarjetas con la leyenda 'como medida de protesta'. Los huecos dejados por los dos cuadros suscitaron a partir de entonces la curiosidad del público de la exposición, incluso cierta confusión en un visitante despistado que preguntó al director del Cervantes 'si ya se habían vendido esos dos cuadros'.-

Archivado En