El presidente de BT dimite en medio de una grave crisis de la empresa

Iain Vallance será sustituido por Christopher Bland, responsable de la BBC

'Llevaba pensando en la dimisión desde hace algún tiempo y ahora sólo espero serle de alguna utilidad a Bland, dado que permaneceré unido a la empresa como presidente emérito', dijo ayer Iain Vallance, que ha permanecido doce años al frente de British Telecom. El futuro del director ejecutivo, Peter Bonfield, no estaba claro anoche. Los accionistas y la city londinense llevaban meses pidiendo su cabeza y la de Vallance para que BT pudiera empezar su recuperación con caras nuevas. Un deseo que Bland no ha satisfecho de momento. 'Bonfield y yo tendremos que examinar nuestra futura relació...

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'Llevaba pensando en la dimisión desde hace algún tiempo y ahora sólo espero serle de alguna utilidad a Bland, dado que permaneceré unido a la empresa como presidente emérito', dijo ayer Iain Vallance, que ha permanecido doce años al frente de British Telecom. El futuro del director ejecutivo, Peter Bonfield, no estaba claro anoche. Los accionistas y la city londinense llevaban meses pidiendo su cabeza y la de Vallance para que BT pudiera empezar su recuperación con caras nuevas. Un deseo que Bland no ha satisfecho de momento. 'Bonfield y yo tendremos que examinar nuestra futura relación', ha señalado con una ambigüedad poco apreciada por los analistas. Bland compaginará BT y la BBC hasta que la televisión pública nombre a su sucesor, sin que el Gobierno haya visto en ello un conflicto de competencias.

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Con una deuda de 30.000 millones de libras (7,95 billones de pesetas) y la pérdida de 2.000 millones en su valor bursátil registrada ayer tras el descenso del 5% de las acciones provocado por el cambio de presidente, BT no tiene tiempo que perder si pretende seguir entre los grandes operadoras mundiales.

Si bien parte de sus problemas proceden de los 10.000 millones de libras invertidos en la compra de las licencias de telefonía móvil de tercera generación (UMTS), los accionistas temen que BT no pueda recuperarse a tiempo. Para recuperar su confianza y reducir su deuda, la compañía confiaba en vender algunos de sus negocios, como BT Cellnet y la sección de las páginas amarillas, denominada Yell.

Otra posible fuente de ingresos derivaría de la compra, por parte de los grandes accionistas, de 5.000 millones de libras en participaciones. La respuesta de éstos a la propuesta ha sido algo confusa: tal vez compraran si la cúpula empresarial, es decir, Vallance y Bonfield eran sacrificados. Con Vallance, BT llegó a España, aunque sus resultados no han sido tan espectaculares como se apuntaba. Lo hizo de la mano del Banco Santander e intentó una fusión con Telefónica después de haber firmado una alianza infructuosa con su presidente, Juan Villalonga. También esa accionista de Airtel, pero está deseando vender.

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