Reportaje:

La bola de la discordia

Un centenario juego enfrenta a cientos de seguidores de Castalla con los intereses de un hostelero

Ocio y negocio no pueden ir unidos de la mano. Eso, al menos, ha quedado demostrado en Castalla, una población al sur de la comarca de L'Alcoià, en la que el desarrollo del tradicional juego de la bola a braç no acaba de poner de acuerdo a sus cerca de 300 seguidores y el responsable del Mesón Vizcayo, un bullicioso restaurante ubicado en plena zona de juego -que consiste en lanzar los más lejos posible una pesada bola-.

Los tribunales llevan casi cuatro años tratando de buscar una solución a este 'conflicto de intereses' entre ambas partes, tal y como lo califica el portavoz del...

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Ocio y negocio no pueden ir unidos de la mano. Eso, al menos, ha quedado demostrado en Castalla, una población al sur de la comarca de L'Alcoià, en la que el desarrollo del tradicional juego de la bola a braç no acaba de poner de acuerdo a sus cerca de 300 seguidores y el responsable del Mesón Vizcayo, un bullicioso restaurante ubicado en plena zona de juego -que consiste en lanzar los más lejos posible una pesada bola-.

Los tribunales llevan casi cuatro años tratando de buscar una solución a este 'conflicto de intereses' entre ambas partes, tal y como lo califica el portavoz del histórico Club de Bola a Brazo Castalla, Julio Vicedo. 'Nosotros defendemos el poder jugar en este camino, que por tradición nos pertenece. Hace siglos que se juega aquí y no vamos a desplazarnos', explica Vicedo.

El problema es que dentro de los 1.200 metros del Camino La Bola que ocupan los participantes de esta práctica, se encuentra ubicado un popular restaurante, cuyo gerente inició las primeras denuncias con las que se pretendía alejar la zona de juego del área más próxima al restaurante y evitar posible peligro para los clientes y vehículos estacionados en los márgenes.

La última sentencia al respecto ha salido del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana estos días. El tribunal de la Sección Tercera de la Sala de lo Contencioso-administrativo obliga al Ayuntamiento de Castalla a aplicar en el plazo máximo de cinco meses medidas de seguridad específicas que eviten daños a terceros. Además considera que se debe establecer un cauce de control del respeto de estas medidas de seguridad y su previsión en el régimen sancionador que recoge el artículo 10 de una ordenanza que el Consistorio puso en marcha hace dos años para regular el uso de este juego.

'El problema es el peligro que supone para los vehículos estacionados la práctica de este deporte. Yo sólo pido que se traslade el trayecto a otra zona del camino lejos del restaurante', dijo muy escuetamente el responsable del local, que fue quien inició la denuncia que ha dado pie a esta sentencia.

En la otra parte, los seguidores de la bola a braç demuestran con papeles la seguridad de esta práctica deportiva documentada en Castalla desde hace más de tres siglos y que el TSJ reconoce como 'tradicional y ancestral' y mantenida por los vecinos de Castalla 'durante muchas generaciones'.

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La mayoría pertenece al Club de Bola a Brazo de Castalla integrado en la federación de Juegos y Deportes de la Comunidad Valenciana y el segundo de los juegos tradicionales. Durante las partidas, que se desarrollan principalmente los fines de semana, 'cada participante cuenta con un seguro y en cada partida hay un juez que paraliza o pone en marcha el juego en caso necesario', aseguró Vicedo. 'Es cierto que en alguna ocasión hay bolas que han dado s algún coche, pero también hay que decir que en la zona de juego hay placas que indican que no se puede aparcar. Quien deja allí su coche se arriesga a que le den un susto', dice Julio Vicedo.

La sentencia que estos días ha dado que hablar en Castalla y ha hecho mover ficha también al alcalde de la localidad, Juan Rico, del Partido Popular. Rico asegura tranquilo: 'No hay ningún problema y vamos a poner más seguridad. Lo que no vamos a hacer es dejar de tirar'. 'El pueblo está por encima de todo y no hay por que cerrar ese camino', afirma rotundo el alcalde.

Al igual que el primer edil, varios jugadores de Castalla echaron en cara al empresario restaurador, que ha iniciado las denuncias, que éste 'desarrolló' su negocio gracias a los que iban a jugar a la bola y que ahora quiere desentenderse del juego y llevarlo a otra parte.

Camino en el que se juega la bola a braç en Castalla.COMUNICACIÓ PG

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