Crónica:Gran Premio de Suráfrica | MOTOCICLISMO

Rossi extiende su leyenda

Segundo triunfo consecutivo del italiano en los 500cc mientras Crivillé es sexto

Es un tipo alto y desgarbado que va camino de agotar los elogios. Valentino ya no es Rossi. Le llaman 'el fenómeno', 'el doctor' o 'bambino di oro'. Y muchos otros apelativos se les irán ocurriendo a los aficionados si repite actuaciones como las dos que le han llevado a encabezar el Campeonato del Mundo de Motociclismo en la cilindrada de 500cc. Dos carreras, dos victorias. Y, sobre todo, una sensación de superioridad como no se recuerda en un piloto de 22 años. En Welkom, en el Gran Premio de Suráfrica, ganó cómo y cuándo quiso.

Lo que más llama la atención de Rossi es l...

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Es un tipo alto y desgarbado que va camino de agotar los elogios. Valentino ya no es Rossi. Le llaman 'el fenómeno', 'el doctor' o 'bambino di oro'. Y muchos otros apelativos se les irán ocurriendo a los aficionados si repite actuaciones como las dos que le han llevado a encabezar el Campeonato del Mundo de Motociclismo en la cilindrada de 500cc. Dos carreras, dos victorias. Y, sobre todo, una sensación de superioridad como no se recuerda en un piloto de 22 años. En Welkom, en el Gran Premio de Suráfrica, ganó cómo y cuándo quiso.

Lo que más llama la atención de Rossi es la irrelevancia con que trata las carreras. Llega a los circuitos más tarde que nadie. Cuentan que apenas pisa el gimnasio. Se sube a su Honda para divertirse. Lo suyo es todo lo contrario al resultadismo. Ganar se convierte en algo casi secundario, aunque también empieza a pintarse como una costumbre. Durante las dos semanas posteriores a su victoria en Japón, mientras el ambiente se revolvía por la supuesta maniobra incorrecta que le hizo su compatriota y adversario Max Biaggi (Yamaha), Rossi estuvo en las islas Seychelles poniéndose moreno. A Suráfrica llegó sin ganas de polémica. Lo que tenía que decir lo dijo en la pista: dominó los entrenamientos y ganó la carrera. Un crack.

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La solvencia con que resolvió la papeleta no significa, sin embargo, que no tuviera que esforzarse. Muchos de sus rivales tienen ganas de impedir que el mito Rossi crezca antes de tiempo. El actual campeón mundial, el norteamericano Kenny Roberts (Suzuki), demostró cierta mejoría y encabezó la carrera al principio, cuando un grupo grande, en el que no estaba Àlex Crivillé (Honda), se peleaba por los lugares de honor. Fue a partir de la mitad cuando Rossi decidió romper el tren. Imprimió un ritmo mucho más fuerte y sólo pudo seguirlo su compatriota Loris Capirossi (Honda). Ambos rodaron en tiempos de entrenamientos, batiendo el récord de vuelta casi a cada giro. Y en el tramo final Rossi se mostró imbatible para el pupilo de Sito Pons. 'Ha sido más difícil de lo que la gente puede creer', dijo el italiano, que suma cuatro victorias en 17 grandes premios en la categoría reina. La tercera plaza fue para el japonés Tohru Ukawa, compañero de Crivillé en el equipo Repsol-Honda y debutante en los 500cc.

El noi de Seva protagonizó una excelente remontada, pero su pésima salida le condicionó. Acabó sexto con la sensación de que podía haber estado más arriba. Hacía bastantes carreras que no estaba tan cerca de la cabeza, síntoma positivo con vistas a la cita de Jerez el 6 de mayo. 'Una vez más, la mala posición en la parrilla ha sido decisiva para no poder pelear por el podio', explicó Crivillé, noveno en el Mundial. Le quedó el consuelo de batir a dos teóricos favoritos como Roberts y Biaggi, que entraron a su rebufo.

Peor le fue a Sete Gibernau (Suzuki), descolgado del grupo de cabeza y décimo al final. El tercer español, José Luis Cardoso (Yamaha), terminó el 13º. En Jerez se espera la reaparición del cuarto hombre, Carlos Checa.

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