Visión falsa
Después de leer en EL PAÍS, La Razón y La Vanguardia la información que dan sobre la manifestación celebrada en Rota muchos nos hemos quedado sorprendidos.
¿Realmente desconocen los periodistas de esos periódicos que las reivindicaciones que se hacían llegaban mucho mas allá que las propias de los trabajadores? No se acierta a comprender, si es que estuvieron presentes en la misma, como solamente captaron ese aspecto y no otros que en dicha manifestación se exponían. Todas las reivindicaciones y problemas fueron ampliamente expuestos y divulgado varios días antes de la mis...
Después de leer en EL PAÍS, La Razón y La Vanguardia la información que dan sobre la manifestación celebrada en Rota muchos nos hemos quedado sorprendidos.
¿Realmente desconocen los periodistas de esos periódicos que las reivindicaciones que se hacían llegaban mucho mas allá que las propias de los trabajadores? No se acierta a comprender, si es que estuvieron presentes en la misma, como solamente captaron ese aspecto y no otros que en dicha manifestación se exponían. Todas las reivindicaciones y problemas fueron ampliamente expuestos y divulgado varios días antes de la misma y al final de la manifestación leídos por el alcalde de Rota.
Posiblemente, viendo y oyendo, que no escuchando, se pudiera sacar esa conclusión. La visión de la realidad es a veces totalmente engañosa. Por ello yo invitaría a los periodistas de esos dignos periódicos a que acudieran a Rota con el ánimo de dialogar con sus habitantes, para así comprender la situación que toda base militar con el tiempo origina. El problema de los trabajadores es uno de los varios problemas que tenemos. No se trata tampoco de culpar de esto a los americanos ya, que lo mimo pasaría si en la base hubiera franceses, ingleses o rusos. Rota a quien tiene que reclamar es al Gobierno de la nación, ya que durante muchos años los roteños han cumplido con el deber de aceptar las medidas tomadas por nuestros sucesivos gobiernos y ya va siendo hora que en el uso de sus derechos exijan que el Gobierno cumpla también con el suyo. Debe de haber un equilibrio, por ambas partes, entre deberes y derechos.