De la arruga al 'lifting'

Analistas e inversores piden un cambio de gestión en Adolfo Domínguez

Adolfo Domínguez, el empresario gallego que llevó el diseño a la gauche divine de la transición, ha visto las orejas al lobo. A punto ha estado de caer en manos de uno de sus competidores, Cortefiel. El apoyo de los accionistas de su núcleo estable le ha salvado, pero las cosas no serán lo mismo a partir de ahora. Adolfo Domínguez deberá profesionalizar la empresa, cambiar de gestión, buscar socio y cuidar el valor. Toda una tarea para este menudo diseñador que no ha sabido conjugar su personalista visión del negocio con el mercado de valores, a juicio de los analistas y de su propio en...

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Adolfo Domínguez, el empresario gallego que llevó el diseño a la gauche divine de la transición, ha visto las orejas al lobo. A punto ha estado de caer en manos de uno de sus competidores, Cortefiel. El apoyo de los accionistas de su núcleo estable le ha salvado, pero las cosas no serán lo mismo a partir de ahora. Adolfo Domínguez deberá profesionalizar la empresa, cambiar de gestión, buscar socio y cuidar el valor. Toda una tarea para este menudo diseñador que no ha sabido conjugar su personalista visión del negocio con el mercado de valores, a juicio de los analistas y de su propio entorno.

El pasado 14 de marzo, Cortefiel, uno de los principales actores del movido mundo de la confección y la distribución textil, lanzaba una oferta pública de adquisición (OPA) sobre Adolfo Domínguez (AD) a nueve euros por acción, lo que suponía una prima del 21% sobre su cotización en Bolsa. Al margen del precio, la oferta, según los analistas, tenía sentido para ambos grupos. Cortefiel ampliaba su negocio con una prestigiosa marca con presencia internacional, y Adolfo Domínguez conseguía un potente socio industrial que tirara de la empresa. Desde que saliera a Bolsa en 1997 tras la división de la familia Domínguez, las acciones de la empresa gallega, y sus beneficios, emprendieron la cuesta abajo de manera que quienes le acompañaron en su salida al mercado han perdido la mitad de su inversión.

Myrurgia tiene ligada la elaboración de la colonia Adolfo Domínguez a la propiedad de la empresa -

'Adolfo Domínguez', dice Óscar Marcos, analista de Merrill Lynch, 'es una marca de las mejores, pero tiene problemas. El empresario lo hizo muy bien hasta 1997, cuando salió a Bolsa, pero desde entonces no ha sido capaz de afrontar la nueva situación, con mucha más competencia. La expansión internacional no le ha ido bien, y tiene una muy débil estructura de gestión. Si ahora se confía y no soluciona estos problemas, el valor seguirá bajando'. 'AD necesita un cambio de gestión', coincide Patricia López, de Morgan Stanley Dean Witter, para quien la mejor solución para la empresa de moda sería contar con un socio industrial.

En eso está la compañía inmersa desde hace más de un año y medio, pero con nulo éxito. Ese personalismo que caracteriza la gestión del diseñador -propietario del 30% de la empresa- le ha llevado a rechazar, uno tras otro, a todos los candidatos, y al final ha sido uno de los que menos le gustan quien le ha plantado cara y ha dejado al descubierto otra de las debilidades de AD: es opable. 'Y si tras este aviso las cosas no cambian', dicen fuentes cercanas al empresario, 'lo seguirá siendo'.

Una oportunidad

Cortefiel renunció esta semana a la OPA al no conseguir el 51% del capital, tras el apoyo dado por los accionistas institucionales a Domínguez. La familia Puig (Myrurgia) pasó de tener una participación del 9,5% al 11,052%, y Caixanova ha pasado del 3,9% al 4,6%. Pero ese apoyo, dicen los analistas, no puede ser incondicional. Adolfo Domínguez es una empresa con muy poca liquidez, es muy difícil salirse de ella, y desaprovechar una ocasión como ésa tiene, primero, sus causas, y luego, sus consecuencias.

Ni Domínguez ni Puig han querido comentar la operación, pero los analistas afirman que han sido razones ajenas a la lógica financiera las que han llevado al rechazo de la OPA, especialmente en las cajas, que, a su juicio, han hecho prevalecer el criterio político y geográfico sobre el económico. Caixanova manifiesta, sin embargo, que no ha apoyado la OPA debido al precio ofertado, que considera 'bajo', aunque reconoce que no ignora que los 'centros de decisión y su actividad de fabricación [de AD] están en Galicia'. En contestación por escrito a este periódico, añade que está considerando aumentar su participación en la empresa y cree conveniente un cambio de gestión, 'aunque se ha de tener en cuenta el fuerte reconocimiento de Adolfo Domínguez como diseñador, el valor de la marca y su posicionamiento', dice Caixanova. Afirma también que no debería 'despreciarse la oportunidad de alcanzar alianzas adecuadas'.

En cuanto a Puig, el hecho determinante para apoyar a Domínguez, según las fuentes consultadas, ha sido el contrato entre ambas empresas, que liga la fabricación de los perfumes Adolfo Domínguez, bajo licencia Myrurgia, a la propiedad. Es decir, que si el control de AD cambia de manos, Puig podría dejar de elaborar el agua de colonia para la empresa gallega, que va francamente bien.

El hecho es que, entre unas y otras razones, los accionistas minoritarios siguen atados a una compañía que en Bolsa ha perdido un 55,55% y que sigue expuesta a OPA. Si algo ha demostrado la oferta de Cortefiel es que Adolfo Domínguez tiene que cambiar. 'Habrá un antes y un después', dicen en el entorno del empresario gallego.

No sólo Caixanova habla de nueva gestión y alianzas. 'Adolfo', dice una persona que le conoce bien pero que prefiere mantenerse en el anonimato, 'gestiona sin mirar el valor, cuando estar en Bolsa tiene sus servidumbres. Es estupendo en diseño y comunicación. Íntegro, honrado y vive por y para la empresa, pero no puede con todo. Tiene unos criterios válidos para una empresa que se desenvuelva en un ámbito más pequeño, y que no cotice'.

Según coinciden todos los analistas consultados, la OPA de Cortefiel no ha salido porque la prima ofertada era baja, algo que Cortefiel niega. Otros añaden que el perfil del candidato tampoco era el más adecuado. 'Pero puede venir otro candidato con otro precio y lanzar una OPA que triunfe', añaden.

Adolfo Domínguez, que impuso su sobrio diseño a la progresía de los años ochenta con el lema 'la arruga es bella', necesita un lifting.

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