Dimite el director general de Familia por discrepancias con Rafael Blasco

El director general de Familia de la Consejería de Bienestar Social, Alejandro Barona, ha presentado la dimisión, semanas después de la aprobación de la ley de parejas de hecho en las Cortes y en un momento en el que el departamento que dirige Rafael Blasco se encuentra ultimando la ley de familia y ya ha presentado a las Cortes otra iniciativa legislativa sobre mediación familiar.

Fuentes de Bienestar Social apuntan que la salida de Barona, el máximo responsable de política de familia del departamento, está motivada por su oposición a la dirección de las iniciativas legislativas que e...

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El director general de Familia de la Consejería de Bienestar Social, Alejandro Barona, ha presentado la dimisión, semanas después de la aprobación de la ley de parejas de hecho en las Cortes y en un momento en el que el departamento que dirige Rafael Blasco se encuentra ultimando la ley de familia y ya ha presentado a las Cortes otra iniciativa legislativa sobre mediación familiar.

Fuentes de Bienestar Social apuntan que la salida de Barona, el máximo responsable de política de familia del departamento, está motivada por su oposición a la dirección de las iniciativas legislativas que está impulsando Blasco, entre las que se encuentran la ley de uniones de hecho y las otras leyes en desarrollo. El dimisionario director general está próximo al sector cristiano del Partido Popular, y por ello, cercano a la Iglesia, institución que encabezó la oposición a la ley de parejas. El apoyo del presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, produjo un respaldo en bloque de los diputados populares en las Cortes que, unánimemente, votaron a favor de la ley. La dimisión de Barona supone algo más que la decisión de apearse de un alto cargo del Consell y el deseo de marcar distancias con la política que alienta su consejero. Barona fue elegido por Zaplana para elaborar los aspectos relacionados con la familia en el programa electoral de los populares.

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Mientras, Blasco señaló que la dimisión de debió a razones 'estrictamente personales' que 'no tienen ninguna relación' con las política del departamento.

El apoyo de Eduardo Zaplana a las iniciativas legislativas impulsadas por Blasco en torno a las formas de convivencia había acallado cualquier discrepancia en el seno del partido hasta la fecha. Pero la aprobación de la la ley de parejas de hecho y la tramitación de una ley de mediación familiar, que ya se encuentra en las Cortes Valencianas, han destapado tensiones en el seno del equipo de gobierno del PP.

La Iglesia ha expresado su contundente oposición a la ley de parejas de hecho recientemente aprobada con los votos del PP en las Cortes Valencianas. El arzobispo de valencia, Agustín García-Gasco, no escondió su rechazo a la ley en repetidas ocasiones y el obispo de Segorbe-Castellón, Juan Antonio Reig Pla llegó a solicitar a los diputados católicos que votaran en contra de la ley impulsada desde la Consejería de Bienestar Social. Finalmente la ley fue aprobada en bloque por los diputados populares tras el cierre de filas impuesto por el propio Zaplana.

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El bloque monolitico que mostró entonces el Partido Popular ha empezado a crujir con la salida de Alejandro Barona de la Dirección General de Familia. Barona presentó hace semanas su dimisión al frente de la Dirección General de Familia por sus discrepancias ante la dirección que tomó la ley de parejas de hecho, según fuentes de la consejería. Afín al sector cristiano del PP, Barona llegó a la Dirección General de Familia en 1997 de la mano de la actual presidenta de las Cortes, Marcela Miró, cuando ésta dirigía Bienestar Social.

Tras la llegada de Blasco al departamento, el consejero tomó las riendas de la política de familia. A la oposición de Barona ante la dirección que tomaban las iniciativas legislativas promovidas por el responsable de la consjería, se unió la falta de sintonía entre ambos, una situación que allanó su salida. Sin embargo, el anuncio de la dimisión no ha caído en el mejor momento.

Tras la victoria obtenida con la aprobación de la ley de parejas de hecho, Blasco se encuentra con otras dos leyes en marcha que pueden despertar recelos en el seno del PP: la ley de mediación familiar, que ya ha sido entregada a las Cortes para que los grupos parlamentarios formulen las enmiendas que consideren oportunas; y otra ley dedicada exclusivamente a la familia, que sectores cristianos del partido han intentado pactar con el arzobispo como compensación a la derrota que supuso la constitución del registro de parejas de hecho en la Comunidad Valenciana.

Además, la dimisión de Barona es especialmente relevante. No sólo en cuanto a cabeza visible de un sector del PP que por primera vez ha manifestado su oposición a la política de Blasco al frente de la Consejería. El dimisionario director general de Familia fue la persona elegida por Zaplana para redactar los capítulos del programa electoral popular relativo a la familia. Sectores de la consejería apuntan que la salida de Barona en este momento forma parte de un toque de atención de los sectores conservadores del PP, que han hecho pública la dimisión y una muestra de su rechazo ante la política que impulsa Blasco.

El consejero de Bienestar Social afirmó ayer que la dimisión 'no tiene ninguna relación' con las iniciativas legislativas en materia de uniones de hecho y de familia. 'Cualquier interpretación que se haga sobre este particular no tiene ningún fundamento', señaló. Pero lo cierto es que el propio consejero ha sugerido que podría evitar el impulso a una ley específica de la familia para plasmar el 'compromiso gubernamental' con la institución a través de la redacción de un plan integral de atención a la familia que recogería diversas iniciativas de apoyo a la misma. La fórmula permitiría a Blasco rebajar el tono de las posibles exigencias de la Iglesia pero, según fuentes del PP, también habría precipitado la renuncia de Barona.

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