La junta de Airtel manifiesta sus dudas sobre la salida a Bolsa

Los accionistas de Airtel no tienen muy claro que la compañía vaya a cotizar en los mercados, al menos por ahora. La junta de accionistas de la operadora se reunió ayer para discutir largamente sobre esa anunciada salida a Bolsa y, aunque al cierre de esta edición aún no había acabado la reunión, las cosas siguen más o menos donde estaban.

Fuentes conocedoras de la operación, señalaron que finalmente se optará por una solución de compromiso: no paralizar oficialmente la operación pero tampoco se pondrá plazo ni condiciones para esa Oferta Pública de Venta (OPV) de acciones, dejando en m...

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Los accionistas de Airtel no tienen muy claro que la compañía vaya a cotizar en los mercados, al menos por ahora. La junta de accionistas de la operadora se reunió ayer para discutir largamente sobre esa anunciada salida a Bolsa y, aunque al cierre de esta edición aún no había acabado la reunión, las cosas siguen más o menos donde estaban.

Fuentes conocedoras de la operación, señalaron que finalmente se optará por una solución de compromiso: no paralizar oficialmente la operación pero tampoco se pondrá plazo ni condiciones para esa Oferta Pública de Venta (OPV) de acciones, dejando en manos del consejo de administración esa responsabilidad.

En realidad, y dada la composición accionarial de Airtel, dicha decisión equivale a posponer la salida a Bolsa hasta que se pongan de acuerdo los dos socios británicos: Vodafone, que posee el 73% de las acciones y BT, de cuyo 17,8% provendrá, en principio la parte del capital que se coloque en Bolsa.

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Ese acuerdo sigue dependiendo, en primer lugar, de la evolución de los mercados que, por el momento, no ofrecen ninguna garantía para una buena colocación tras los malos precedentes registrados este mismo año de Orange, controlada por France Télécom, y, sobre todo, por el de Telefónica Móviles, cuyos títulos están muy por debajo del valor de cotización.

Caída de la valoración

En segundo lugar, y aunque directamente relacionado con la situación bursátil, la decisión última responde al calendario de urgencias financieras que se trace BT, cuya abultada deuda (7,5 billones de pesetas) motivó en principio el plan para salir a Bolsa.

Al otrora gigante británico de las telecomunicaciones, la caída de la valoración de Airtel a la mitad desde los 4 billones de pesetas en que lo tasó Vodafone a finales de 2000 cuando canjeó las acciones que poseían BSCH y las cajas de ahorro, no le ayuda mucho para paliar su deuda.

Los accionistas españoles -Acciona y Torreal - apenas tienen algún poder sobre esta decisión, al margen de la mediación que puedan realizar en el consejo. La junta de accionistas aprobó en otro punto del orden del día las cuentas correspondientes al ejercicio 2000.