Watson defiende la modificación genética en células reproductivas

El premio Nobel aboga por un cambio legal

Premio Nobel en 1953 y considerado uno de los precursores de la genética actual, Watson abogaba ayer por dominar la evolución humana a base de allanar el camino de la ciencia en un artículo publicado en el rotativo The Independent. 'Estoy completamente a favor de controlar el destino genético de nuestros descendientes. Buscar la forma de que los buenos genes superen a los defectuosos y faciliten la vida de la mayoría es la mejor forma de actuar en estos momentos', señala en un escrito donde apoya asimismo la manipulación genética de cualquier organismo. 'No se ha demostrado aún que dich...

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Premio Nobel en 1953 y considerado uno de los precursores de la genética actual, Watson abogaba ayer por dominar la evolución humana a base de allanar el camino de la ciencia en un artículo publicado en el rotativo The Independent. 'Estoy completamente a favor de controlar el destino genético de nuestros descendientes. Buscar la forma de que los buenos genes superen a los defectuosos y faciliten la vida de la mayoría es la mejor forma de actuar en estos momentos', señala en un escrito donde apoya asimismo la manipulación genética de cualquier organismo. 'No se ha demostrado aún que dicha técnica pueda causar enfermedad alguna', afirma.

A lo largo del artículo, Watson sostiene que el miedo a la creación de los denominados 'niños de diseño', más listos, guapos e inteligentes que nadie es infundado y no debe entorpecer la labor de los científicos honestos. En opinión de Watson, esos temores son infundados y la ciencia no puede permitirse un retraso como el sufrido hace un cuarto de siglo por el estudio de la misma ingeniería genética que facilita hoy la búsqueda de genes anómalos en el cáncer. Teniendo en cuenta que tal vez muchas enfermedades ni siquiera respondan a medicamentos formulados en función del mapa genético del paciente, y que la inteligencia no puede inyectarse en una célula, 'la lección extraída del penoso freno impuesto en los setenta por los legisladores a los análisis genéticos está muy clara: no hay que posponer experimentos que presentan beneficios claros a la larga por miedo a posibles daños sin cuantificar'.