AMÉRICA LATINA

Un nuevo invitado en el Latibex

La empresa argentina Impsa lucha por el mercado latinoamericano de fibra óptica y, con su decisión de cotizar en Madrid, pretende diversificar su cartera de accionistas

Industrias Metalúrgicas Pescarmona, sociedad anónima (Impsa), holding de la vieja economía nacido en la tradicional provincia argentina de Mendoza, engendró en 1990 una empresa de telecomunicaciones satelitales. De ahí que se la bautizara Impsat. Aquel grupo acostumbrado a la construcción de obras públicas y turbinas de centrales hidroeléctricas apostó entonces por una empresa de lo que más tarde se llamaría nueva economía. Acertó.

Impsat Fiber Networks, el nombre completo de la empresa que ahora tiende redes de fibra óptica y banda ancha inalámbrica, es una de las dos com...

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Industrias Metalúrgicas Pescarmona, sociedad anónima (Impsa), holding de la vieja economía nacido en la tradicional provincia argentina de Mendoza, engendró en 1990 una empresa de telecomunicaciones satelitales. De ahí que se la bautizara Impsat. Aquel grupo acostumbrado a la construcción de obras públicas y turbinas de centrales hidroeléctricas apostó entonces por una empresa de lo que más tarde se llamaría nueva economía. Acertó.

Impsat Fiber Networks, el nombre completo de la empresa que ahora tiende redes de fibra óptica y banda ancha inalámbrica, es una de las dos compañías argentinas que cotizan en el Nasdaq, el mercado neoyorquino de las nuevas tecnologías. Además, el consejo rector del español Mercado de Valores Latinoamericanos ha aprobado su ingreso en el Latibex. Sus acciones comenzaron a cotizar el pasado día 10.

El origen de Impsa se remonta a los principios del siglo XX, a una familia mendocina de apellido Pescarmona. Nació como una metalúrgica, se convirtió en fabricante de bienes de capital y compañía de servicios, hasta que uno de sus descendientes, Enrique Pescarmona, situado en el club de los empresarios más fuertes de Argentina, creó Impsat. Lo acompañaron en la aventura la italiana STET Telecom y el banco Crédit Suisse. Aquella empresa incipiente representa en la actualidad el 40% del negocio del grupo Impsa.

El ingeniero Pescarmona, de 59 años, que alcanzó la cabeza del holding hace 37, considera que un empresario que desestima la nueva economía 'no entiende nada de nada'. Por eso, este fanático de la literatura de ciencia-ficción y las matemáticas emprendió el desafío de Impsat. Sin demora logró lo que pocas empresas argentinas: se expandió por la región. Ya opera en Brasil, Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, México y Estados Unidos.

Impsat planea construir una red panamericana de fibra óptica que, mediante un millón de kilómetros de extensión, una a empresas, organizaciones y Gobiernos. Apunta al cliente corporativo, por ahora. En la Argentina, lucha contra Telefónica, entre otras, por este mercado después de que el Gobierno desregulara las telecomunicaciones en noviembre pasado.

La compañía, participada también por Roberto Vivo -cofundador de los portales El Sitio y Starmedia, otros dos que cotizan en el Nasdaq-, solía financiarse mediante préstamos de bancos locales. Es decir, pagando tasas de interés que triplican a las europeas. Fue entonces cuando sus directivos decidieron salir al mercado internacional de bonos.

Ahora, el 46% de la empresa está en manos de Nevasa Holding, al que pertenece Pescarmona. BT domina el 19%; Morgan Stanley, el 16%; los accionistas públicos, el 13%; Sudamericana, el 5%, y Crédit Suisse, el 1%. Con su salida en Madrid, Impsat pretende diversificar su cartera de accionistas e incrementar su liquidez.

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