Reportaje:

La Pasión sin adornos

Casarabonela acoge en su iglesia desde hace 18 años un auto sacramental riguroso y vanguardista

La vertiente folclórica de la Semana Santa es un derroche de barroquismo y riqueza. Nada de eso encontrará quien se encarame hasta Casarabonela, un pueblo colgado de las faldas de la sierra malagueña de Caparaín, para ver la escenificación de la Pasión que se celebra cada año desde el Domingo de Ramos hasta el Martes Santo en la Iglesia de Santiago (21.00 horas).

La Pasión de Casarabonela es uno de esos acontecimientos insólitos que se esperaría más en una metrópoli cultural que en una iglesia del siglo XVI de un municipio serrano de 2.500 habitantes. Pero precisamente es ese escenario ...

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La vertiente folclórica de la Semana Santa es un derroche de barroquismo y riqueza. Nada de eso encontrará quien se encarame hasta Casarabonela, un pueblo colgado de las faldas de la sierra malagueña de Caparaín, para ver la escenificación de la Pasión que se celebra cada año desde el Domingo de Ramos hasta el Martes Santo en la Iglesia de Santiago (21.00 horas).

La Pasión de Casarabonela es uno de esos acontecimientos insólitos que se esperaría más en una metrópoli cultural que en una iglesia del siglo XVI de un municipio serrano de 2.500 habitantes. Pero precisamente es ese escenario el que le da sentido, y para él se ha forjado, desde hace 18 años, esta representación de la muerte y resurrección de Cristo, que prescinde de decorados y edulcorantes para llamar a la reflexión.

Su artífice es el arqueólogo malagueño Pedro Olalla, que por azares de la vida llegó al pueblo como maestro en 1982. 'Entonces yo tenía mucho tiempo libre, y había conectado muy bien los jóvenes del pueblo. Me enteré de que en los años setenta se representaba un auto sacramental en la iglesia, y que a principios del siglo XX también era tradicional escenificar escenas de la Pasión, así que me ofrecí para recuperar la tradición, pero con una condición: que me dejaran elaborar el texto'.

Para ello sacó su vena de arqueólogo y acudió a la primera fuente: los Evangelios. 'Como historiador, quise ser lo más fiel posible a los textos, así que me convertí en un auténtico especialista. Observé, por ejemplo, que San Marcos era más cáustico; que San Juan era profundamente lírico y que su narración es la que más difiere del resto de los evangelistas', comenta.

Visualmente le interesaba huir de la estética de la Pasión que se ha forjado a lo largo de 2.000 años de representaciones artísticas, y particularmente de lo que denomina 'lo hollywoodiense'. Así, la escena, que se monta sobre el altar mayor, presenta únicamente una cámara negra que hace desaparecer todos los símbolos del culto.

El tratamiento de los ropajes pretende ser tan fiel a la historia que el propio grupo que monta la obra, casi todos actores locales aficionados, confecciona con raíces y plantas del lugar los tintes con los que se colorean los ropajes; 'harapos de lino y gasa natural', según Olalla.

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El fuego, el humo, las luces de teatro y varias estructuras metálicas polivalentes constituyen el resto del atrezo. La música también está escogida con mimo. Particularmente, la saeta que entona durante la escena en que Cristo avanza con la cruz a cuestas hacia el Calvario el cantaor malagueño Bonela Hijo, una de las más sólidas voces flamencas del momento.

El resultado es una representación sobrecogedora, extensa, dura y cargada de intención. 'Es una obra para adultos', dice Olalla, 'en la que se hace una vivisección de las 24 horas que desembocaron en el nacimiento de una religión; del sufrimiento y hasta el miedo de un hombre que acepta su destino, y que se ha convertido en un ser peligroso porque cuestiona la corrupción del poder religioso de entonces'.

Olalla reconoce que se trata de un montaje 'atrevido y sin concesiones a la purpurina', pero manifiesta que 'jamás' ha tenido problemas con los párrocos locales. '¡Todo lo contrario!; si todo se lo debemos a ellos y al ayuntamiento. Lo que pasa es que esto no es una catequesis plástica, sino un intento de transmitir un mensaje de tolerancia guardando fidelidad a los textos sagrados', concluye.

Escena de la crucifixión en la Pasión de Casarabonela.RAFAEL MARCHANTE

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