Reportaje:

El sabor de la libertad

Un preso condenado por robo con intimidación será liberado el miércoles por la cofradía de Jesús El Rico

Ayer fue un día especial para Clemente. Después de haber pasado siete años privado de libertad, recibió la noticia de que a partir del miércoles volverá a ser un hombre libre. El Consejo de Ministros lo indultó sobre el mediodía, cumpliendo una pragmática de 1759 que concede a la cofradía malagueña de Jesús El Rico el privilegio de liberar a un preso.

'Los niños... las cosas que hacen falta... no tenía trabajo y tuve que robar para sobrevivir porque estaba desesperado. Llevaba cuatro años en paro'. Así justificó Clemente Pérez Rivas el atraco a mano armada contra una entidad bancaria qu...

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Ayer fue un día especial para Clemente. Después de haber pasado siete años privado de libertad, recibió la noticia de que a partir del miércoles volverá a ser un hombre libre. El Consejo de Ministros lo indultó sobre el mediodía, cumpliendo una pragmática de 1759 que concede a la cofradía malagueña de Jesús El Rico el privilegio de liberar a un preso.

'Los niños... las cosas que hacen falta... no tenía trabajo y tuve que robar para sobrevivir porque estaba desesperado. Llevaba cuatro años en paro'. Así justificó Clemente Pérez Rivas el atraco a mano armada contra una entidad bancaria que cometió en 1989 y que pagó con su libertad. 'Pero esto para mí se ha acabado', dijo ayer, seguro de sí mismo al referirse a la prisión.

Clemente tiene 44 años y tres hijos. Hace unos meses, aprovechando el régimen abierto que le concedieron comenzó a trabajar como encofrador. Pero a pesar de estos pasos hacia la libertad, cada noche tenía que volver a dormir entre rejas. El Miércoles Santo ya no tendrá que regresar a la prisión. Tras procesionar el trono, un año más se cumplirá el rito de la liberación.

Ayer, Clemente estaba contento, aunque algo nervioso. 'No pensaba que yo fuera el elegido', admitió. Después desgranó algunos detalles de su pasado. Contó que es malagueño, devoto de la Virgen del Carmen, que fue pescador en Larache (Marruecos) y que las 250.000 pesetas que gana como encofrador 'están bien' para mantener a sus hijos de 19, 15 y 8 años.

El indulto le llega 12 años después de que cometiera el delito. Clemente estuvo como preso preventivo de 1989 a 1991. Tras el juicio, fue condenado a 13 años de reclusión, que comenzó a cumplir en 1996. Desde noviembre de 1999 gozaba del tercer grado (sólo tenía que ir a la cárcel a dormir), rutina que de no haber sido por la gracia de El Rico debería haber acatado hasta el 26 de mayo de 2006.

Pero, para su fortuna, el indulto se cruzó en su camino. Clemente se confesó creyente. Hace algunos años, incluso hizo a pie 140 kilómetros del camino de Santiago en una salida programada por la cárcel de Alhaurín de la Torre. Algunos presos liberados por El Rico se tatúan su imagen en un brazo. Clemente dejó claro ayer que pasará de tatuajes. 'Lo llevaré en el alma', dijo lacónico.

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Fue algo confuso al hablar de su pasado como hombre de mar, pero se mostró empapado con la realidad de los pescadores del caladero marroquí: 'Ya no hay gente para la mar porque no se puede pescar, no se puede vivir así'.

Tras el bombardeo de preguntas, Clemente salió al patio acompañado por el director de la cárcel, Tomás Sanmartín. Bajo un sol de justicia, soportó estoicamente la sesión ante las cámaras. No quiso fotos de frente. Llevaba gafas, pantalón burdeos y camisa crema. Parecía un hombre común. Lo que Clemente pretende ser a partir del jueves.

Justamente en eso consiste la gracia de El Rico, en ayudar a la reinserción de los presos. Este privilegio premia el gesto de un puñado de reclusos que en el siglo XVIII, debido a la falta de nazarenos a causa de una epidemia, se escapó de la cárcel para procesionar el trono haciendo caso omiso a la negativa del alcaide a dejarlos salir. Tras conocer aquella anécdota, en 1759, el rey Carlos III concedió a la cofradía el privilegio de liberar a un preso.

Clemente dijo que lo primero que hará cuando acabe la procesión será acostarse. Lógico a esas horas intempestivas '¿Y el jueves?'. 'Irme a celebrarlo con la familia'. A disfrutar del sabor de la libertad.

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