Cartas al director

¿Qué mente tienen?

Soy vecina de Gandía, y cuando volví del viaje por el cual me había ausentado de mi ciudad durante las Fallas me encontré con la desagradable sorpresa del atentado terrorista. Me acerqué con mi marido, y mientras le esperaba en el coche -porque ¿para qué volver a verlo tantas veces repetido en TV?- observaba la playa, los edificios, la gente que caminaba. No voy a decir que uno nunca piensa que le va a tocar de cerca, y recibe un mazazo cuando ocurre. Tampoco que Gandía ha entrado en la triste comunidad de aquellas ciudades que han sufrido el terrorismo. No. Lo que no me entra en la cabeza es ...

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Soy vecina de Gandía, y cuando volví del viaje por el cual me había ausentado de mi ciudad durante las Fallas me encontré con la desagradable sorpresa del atentado terrorista. Me acerqué con mi marido, y mientras le esperaba en el coche -porque ¿para qué volver a verlo tantas veces repetido en TV?- observaba la playa, los edificios, la gente que caminaba. No voy a decir que uno nunca piensa que le va a tocar de cerca, y recibe un mazazo cuando ocurre. Tampoco que Gandía ha entrado en la triste comunidad de aquellas ciudades que han sufrido el terrorismo. No. Lo que no me entra en la cabeza es que siempre he visto mi ciudad, su gente, la playa, como un sitio apacible, de descanso, tranquilo, como creía que la veía todo el mundo, y no podía imaginarme de ninguna manera cómo algunas personas podían ver todo aquello como un objetivo militar al que destruir. ¿Hasta qué punto tiene que estar deformada la mente de una persona para ver las cosas de este modo?. -

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