OPINIÓN DEL LECTOR

El Diccionari de Literatura

En una reseña más bien dura del Nou Diccionari 62 de Literatura Catalana (NDLC) aparecida en el Quadern del pasado 15 de febrero y firmada por Jordi Gàlvez se cita mi nombre genéricamente entre los redactores de la obra. Las objeciones que formula el autor son muchas, algunas acertadas y otras discutibles. De todos modos, teniendo en cuenta que mi intervención en la obra se restringe a los siglos XVII-XVIII y buena parte del XVI, el único reproche del que debería sentirme responsable, y que me veo obligado a replicar, es una supuesta confusión, que precisamente no es mía, sino ta...

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En una reseña más bien dura del Nou Diccionari 62 de Literatura Catalana (NDLC) aparecida en el Quadern del pasado 15 de febrero y firmada por Jordi Gàlvez se cita mi nombre genéricamente entre los redactores de la obra. Las objeciones que formula el autor son muchas, algunas acertadas y otras discutibles. De todos modos, teniendo en cuenta que mi intervención en la obra se restringe a los siglos XVII-XVIII y buena parte del XVI, el único reproche del que debería sentirme responsable, y que me veo obligado a replicar, es una supuesta confusión, que precisamente no es mía, sino tan sólo del reseñador, cuando afirma que el NDLC identifica la personalidad de Joan Ferrandis Herèdia con la del escritor aragonés del siglo XIV Juan Fernández de Heredia. Me apresuro a advertir que no hay nada en la entrada Fernàndez d'Herèdia que abone la supuesta confusión. El aragonés Juan Fernández de Heredia, como es lógico, no aparece, ni debe aparecer, en el NDLC. El articulista evidentemente desconoce que el nombre de Joan Ferrandis d'Herèdia surge de una deformación popular del apellido Fernández de Heredia (Fernàndez d'Herèdia, acentuado a la catalana), y que es bajo esta forma y no otra como el personaje aparece en los manuscritos de sus obras, en las ediciones impresas, tanto las antiguas (1562) como la mayoría de las modernas; que siempre sale como Joan Fernàndez en el Cortesano de Lluís del Milà (1561; aquí, en cambio, la deformación es el nombre de Luis Milán), en los estudios pioneros de Henry Mérimée sobre teatro valenciano (1913), en las grandes historias de la literatura de Jordi Rubió (1953) y Martí de Riquer (1964), las ediciones de Martí Grajales (1913), Ferreres (1955), Romeu (1962) y Massot (1983), las bibliografías y repertorios de ámbito hispánico, etcétera. Por estas razones optamos por Fernàndez d'Herèdia como forma prioritaria. Todos podemos cometer errores, pero siempre se agradece no tener que cargar con más de los que nos corresponden.-

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