El PP hace un cerco a Dell'Olmo y cumple su amenaza de abandonar la Mesa del Parlamento

El antiguo Hospital de la Sangre o de las Cinco Llagas de Sevilla, sede de la Cámara autonómica, fue ayer un hervidero de idas y venidas de diputados de reunión en reunión. La jornada comenzó a las 10.00, con la celebración de una reunión de la Mesa con dos de los actores en disputa: Matías Conde e Ildefonso Dell'Olmo. Los populares pidieron, sin éxito, que en el acta de la sesión anterior se recogiera la intervención de Conde, en la que éste preguntó a sus compañeros de órgano si él había pronunciado la frase xenófoba, sin obtener un sí como respuesta.

En la convocatoria de ayer, el an...

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El antiguo Hospital de la Sangre o de las Cinco Llagas de Sevilla, sede de la Cámara autonómica, fue ayer un hervidero de idas y venidas de diputados de reunión en reunión. La jornada comenzó a las 10.00, con la celebración de una reunión de la Mesa con dos de los actores en disputa: Matías Conde e Ildefonso Dell'Olmo. Los populares pidieron, sin éxito, que en el acta de la sesión anterior se recogiera la intervención de Conde, en la que éste preguntó a sus compañeros de órgano si él había pronunciado la frase xenófoba, sin obtener un sí como respuesta.

En la convocatoria de ayer, el andalucista, al que el PP le hizo un cerco total, contó que hubo una 'estrategia de acoso y derribo' contra Matías Conde, y que recibió llamadas para que 'continuara la cacería'. Dell'Olmo se mantuvo en silencio cuando el secretario primero de la Mesa, el popular Juan de Dios Martínez Soriano, le acusó de ser el diputado que testimonió haber escuchado a Conde decir la frase xenófoba. Los populares abandonaron la reunión cuando la Mesa, que rechazó tres preguntas al Gobierno sobre este asunto, iba a tratar temas del día.

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Los populares ejercieron ayer una presión constante sobre Dell'Olmo, quien, con gesto serio y sin mover ni un músculo, ocupó pasadas las cuatro y media de la tarde su escaño en la mesa del salón de plenos. Nadie le dijo una palabra, pero todas las miradas estaban centradas en él. Fue subir Dell'Olmo y bajar Conde de inmediato. El popular había llegado minutos antes entre los aplausos de los diputados del PP.

'Este Parlamento no tiene un problema institucional. El que tiene un problema es el presidente del Parlamento, que tiene como miembro de la Mesa a un diputado que no dice verdad', afirmó, horas antes, la presidenta del PP, Teófila Martínez, quien aseguró que el PP mantendrá su actitud de ausentarse de la Mesa mientras que Dell'Olmo permanezca en ella. 'No tenemos garantías de las cuestiones que allí se tratan, porque no nos podemos fiar de un diputado que miente', dijo.

Las muestras de rechazo hacia el andalucista no se quedaron en las palabras. También se produjeron cuando el secretario primero lo citó para que votara los nuevos nombramientos en la Mesa como consecuencia de la dimisión de Centeno. En ese momento, hubo pateos de los diputados conservadores y algún que otro abucheo.

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El mismo episodio se produjo cuando votó el portavoz socialista, José Caballos, quien, como en las películas del Oeste, lanzó miradas desafiantes a los bancos populares. Éstos acusan a Caballos de ser el instigador de lo que creen un 'linchamiento' de Conde.

Ante las críticas externas, los socialistas, como suelen hacer siempre en casos similares, cerraron filas en la reunión de grupo, que se prolongó durante más de tres horas, cuando lo habitual es que no dure ni la mitad. Caballos, quien estuvo hablando más de hora y media explicando prolijamente todos los acontecimientos y su intervención en este caso, en un momento determinado, se preguntó por qué el PSOE ha puesto en marcha 'una estrategia de pedir perdón'. Hubo casi una decena de peticiones de palabras, la mayoría en el sentido de no abrir heridas ni lanzar reproches internos más allá de la fuerte autocrítica realizada por los socialistas tras conocerse que Centeno había sido el autor de la frase de marras, aunque hubo un parlamentario que, a la pregunta de Caballos, indicó que esa estrategia la habían marcado el líder federal, José Luis Rodríguez Zapatero, y el secretario general de los socialistas andaluces, Manuel Chaves. Al final, los diputados aprobaron por unanimidad una resolución en la que manifiestan su respaldo a José Caballos y al presidente del Parlamento, a quien internamente nadie ha puesto en cuestión. Éste se molestó por esa referencia conjunta.

La pregunta que ayer flotaba en el Parlamento era hasta cuándo iba a durar esta situación. Dell'Olmo, aseguraron los andalucistas, no va a abandonar su puesto de vicepresidente segundo y el PP, por su parte, 'no va a dejar ni un solo minuto' de pedirle que se vaya y diga qué diputado socialista le presionó para que culpara a Conde. No obstante, en una reunión del grupo popular hubo algunas voces que abogaron por no tensar más de la cuenta la cuerda.

Al filo de las 22.00, Dell'Olmo sufrió otro gesto de rechazo del PP. Todos los diputados populares abandonaron el salón de plenos cuando el andalucista iba a intervenir en el debate sobre financiación.

De izquierda a derecha, Matías Conde, Torres Vela y Dell'Olmo, ayer, durante el pleno del Parlamento.PÉREZ CABO

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