Recursos virtuales

El 'e-learning', que moverá más de siete billones de pesetas en cinco años, acorta en un 60% la adaptación a un trabajo

Al conocimiento le ocurre lo que a la energía: no se destruye, no se desgasta y, además, se amplía con el tiempo. Por eso, las empresas parecen dispuestas a no perder un gramo del conocimiento del negocio que tengan sus empleados y, desde hace algún tiempo, están especialmente interesadas en determinar y extender las mejores prácticas empresariales a lo largo y ancho de la compañía. Este fenómeno, bautizado como gestión del conocimiento, ha calado con notable intensidad entre las empresas de servicios cuyo principal valor es intangible. El objetivo es convertir ese conocimiento en su principal...

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Al conocimiento le ocurre lo que a la energía: no se destruye, no se desgasta y, además, se amplía con el tiempo. Por eso, las empresas parecen dispuestas a no perder un gramo del conocimiento del negocio que tengan sus empleados y, desde hace algún tiempo, están especialmente interesadas en determinar y extender las mejores prácticas empresariales a lo largo y ancho de la compañía. Este fenómeno, bautizado como gestión del conocimiento, ha calado con notable intensidad entre las empresas de servicios cuyo principal valor es intangible. El objetivo es convertir ese conocimiento en su principal ventaja competitiva. Se trata, como afirma Mar Selgas, gerente del área de gestión de conocimiento de Arthur Andersen, 'de mejorar la capacidad de las personas para intercambiar, entender y utilizar la información, utilizando la tecnología, y de estimular que se comparta para que así aumente de forma exponencial'.

La forma de conseguirlo es mediante la creación de comunidades virtuales o foros donde coinciden personas que están trabajando en proyectos similares y donde es posible intercambiar experiencias. Empresas como Toyota, Motorola, Dow Chemical, Epson o la propia Arthur Andersen están aprovechando ya, con buenos resultados, esta posibilidad, nacida al amparo de las nuevas tecnologías.

En ocasiones, 'la gestión del conocimiento da paso para que el departamento de recursos humanos intente traspasar una parte de esa información al e-learning'. El crecimiento de esta modalidad de formación a través de la red se está disparando hasta el punto de que en los últimos cinco años, y hasta 2002, va a registrar el mayor aumento de todo el sector, según José Manuel Casado, director asociado del área de human performance de Accenture. Las previsiones señalan un incremento del 165%. Crédit Suisse First Boston augura que en 2005 la facturación del e-learning puede superar los 42.100 millones de dólares (7,2 billones de pesetas), frente a los actuales 7.100 millones de dólares (alrededor de 1,3 billones).

Este fenómeno se debe, en opinión de Casado, a que la principal necesidad de las empresas es que sus trabajadores adquieran unas determinadas habilidades y, además, que lo hagan cuanto antes. 'El 70% de las organizaciones del ranking Fortune 1000 señala la falta de entrenamiento de sus ejecutivos como el mayor obstáculo para crecer', dice. En este sentido, el e-learning reduce en un 60% el tiempo que una persona tarda en adquirir unas determinadas competencias en relación con la formación tradicional.

Las herramientas disponibles permiten recrear simulaciones de negocio a través de las cuales se puede aprender haciendo una metodología que, según los expertos, consigue aumentar el nivel de retención de conocimientos hasta un 75%, porcentaje muy superior al de la formación tradicional, que apenas alcanza el 10%, y al de la enseñanza asistida con ordenador, que ronda el 30%.

Para Mar Selgas existen dos tipos de conocimiento: 'El explícito, que es fácil de capturar y puede difundirse a través de cursos, enseñanzas a distancia, e-learning..., y un conocimiento que hace referencia a las prácticas empresariales del día a día y que necesita de unas herramientas específicas para que llegue a ser verdaderamente útil'. La rápida evolución de las tecnologías juega a favor, pese a que los actuales anchos de banda no permiten todavía la interactividad adecuada, en opinión de Vicente Linares, director general de E-loft, una empresa que está desarrollando plataformas capaces de acoger comunidades de expertos. Aunque reconoce que en España la demanda de este tipo de servicios es todavía moderada, calcula su despegue en un máximo de dos años. 'El e-learning permite un acceso universal en cualquier momento y desde cualquier sitio y, además, reduce los costes', afirma. En cuanto a la gestión del conocimiento, 'que no existiría si no fuera por la tecnología, lo que provoca es un aumento de la productividad, porque aprovecha todo el esfuerzo anterior realizado por otras personas'.

La implantación de herramientas para ofrecer formación a través de la red es especialmente recomendable, según José Manuel Casado, en empresas con colectivos superiores a 150 o 200 trabajadores. Pese a que requiere una inversión inicial en tecnología, resulta más barata y eficaz que la tradicional. El consultor recuerda que en estos momentos 'dos terceras partes de los costes totales de la formación son indirectos'. En su opinión, el e-learning constituye 'una revolución en el aprendizaje, porque se ajusta mucho más a las necesidades personales y porque la metodología abre las puertas a una enseñanza orientada hacia el desempeño'.

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