El PP reabre la sucesión de Aznar en varias autonomías

En el debate reabierto en el PP por la sucesión de José María Aznar, contra sus órdenes expresas, hay dos modelos. El de Eduardo Zaplana, presidente de la Comunidad Valenciana, es descartarse públicamente con énfasis y minusvalorar sus posibilidades. En su espectacular periplo del jueves por Madrid, Zaplana dejó claras dos cuestiones: que no volverá a ser candidato en Valencia, con lo que abre oficialmente la carrera por su sucesión en esa autonomía, y que cuenta con respaldos en La Moncloa, el Gobierno y el PP nacional. El segundo modelo es el del presidente madrileño, Alberto Ruiz-Gallardó...

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En el debate reabierto en el PP por la sucesión de José María Aznar, contra sus órdenes expresas, hay dos modelos. El de Eduardo Zaplana, presidente de la Comunidad Valenciana, es descartarse públicamente con énfasis y minusvalorar sus posibilidades. En su espectacular periplo del jueves por Madrid, Zaplana dejó claras dos cuestiones: que no volverá a ser candidato en Valencia, con lo que abre oficialmente la carrera por su sucesión en esa autonomía, y que cuenta con respaldos en La Moncloa, el Gobierno y el PP nacional. El segundo modelo es el del presidente madrileño, Alberto Ruiz-Gallardón, quien volvió ayer a postularse, pero para admitir que otros compañeros sintonizan mejor con Aznar.

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Dos barones del PP, Eduarzo Zaplana y Alberto Ruiz Gallardón, seguramente los únicos con poder y autonomía para hacerlo, han reabierto con fuerza el silenciado debate de la sucesión de Aznar. Y contra las órdenes expresas del presidente al respecto.

Zaplana, el jueves por la mañana, acudió al Senado para desayunar con la Asociación de Periodistas Parlamentarios y en ese nada discreto foro proclamó que no volverá a presentarse a la Generalitat Valenciana; que la decisión de Aznar de no estar más de ocho años en La Moncloa fue un acierto en su día pero ahora es 'equivocada' y dañina para el PP, para el Gobierno y para él mismo; y recalcó que el mejor candidato en 2004 seguirá siendo el actual presidente.

Por la noche, en un hotel, Zaplana presentó su libro El acierto de España. La vertebración de una nación plural. No fue cualquier presentación. Como anfitriones oficiales, Zaplana eligió a su amigo José Bono, presidente socialista de Castilla-La Mancha; al ex ponente constitucionalista Miquel Roca; y al vicepresidente segundo Rodrigo Rato, al que se sigue situando en el PP en el mejor lugar teórico para relevar a Aznar. Bono prefirió estar con Zaplana que con su compañero Pasqual Maragall, que a esa hora disertaba en el Club Siglo XXI. De CiU, además de Roca, estuvieron Xavier Trias, Francesc Homs y Manuel Silva.

A ese acto acudieron siete ministros; la plana mayor del PP y la esposa de Aznar, Ana Botella, que llamó expresamente para que la invitaran. Zaplana, esa noche, se mostró exultante con sus colaboradores por cómo había salido el acontecimiento.

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Zaplana enseñó, además, sus poderes. Una baraja de candidatos, presuntamente afines, a sucederle al frente de la Comunidad Valenciana. Todos presentan el mismo perfil. Tienen menos de 40 años y son actualmente cargos relevantes, pero intermedios, en Madrid: Francisco Camps, Gerardo Camps, Juan Costa y Esteban González Pons.

Precisamente este último, portavoz del PP en el Senado, apuntilló ayer desde Alicante que si Aznar termina por no presentarse 'Zaplana podría ser un grandísimo presidente del Gobierno'. Y para no despistarse de la doctrina oficial, apuntó que lo mejor para su comunidad sería que Zaplana se replantease esa retirada por su gran peso político.

Zaplana, de una tacada, soltó amarras con Valencia y se puso de largo en Madrid con el problema de la sucesión en su territorio encarrilado. Algo que no arreglaron en su día ni Javier Arenas en Andalucía ni Juan José Lucas en Castilla y León.

Algo que tampoco tiene resuelto Ruiz-Gallardón en Madrid. El presidente madrileño acudió precisamente ayer al programa El primer café, de Antena 3. Y ahí certificó que no renuncia a La Moncloa, que abandonará su cargo en 2003, que su sucesor no se aclarará hasta dentro de un año y que Zaplana tiene mejor relación con Aznar que él: 'Para ser candidato a la sucesión de Aznar hay que cumplir dos requisitos. El primero de ellos se refiere a la capacidad de liderazgo, y para ello, uno tiene que comparecer ante las urnas. Yo cumplo este primer requisito pero reconozco que dentro del partido hay compañeros que, además de cumplir este primer requisito, gozan de mejor sintonía política con el presidente'.

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