El riesgo de epidemias se cierne sobre los supervivientes del terremoto de India

La amenaza de que se desaten brotes epidémicos se cierne sobre los miles de supervivientes que se han quedado sin hogar tras el terremoto que devastó el Estado de Gujarat, en el noroeste de India, el pasado viernes. En la localidad de Lodai, cerca del epicentro del seísmo, ya se han registrado casos de diarrea y gastroenteritis por beber agua contaminada. El Gobierno indio calcula que los daños causados por el terremoto superan los 2.150 millones de dólares (más de 380.000 millones de pesetas).

Los soldados indios y los voluntarios internacionales seguían ayer, por sexto día consecutivo...

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La amenaza de que se desaten brotes epidémicos se cierne sobre los miles de supervivientes que se han quedado sin hogar tras el terremoto que devastó el Estado de Gujarat, en el noroeste de India, el pasado viernes. En la localidad de Lodai, cerca del epicentro del seísmo, ya se han registrado casos de diarrea y gastroenteritis por beber agua contaminada. El Gobierno indio calcula que los daños causados por el terremoto superan los 2.150 millones de dólares (más de 380.000 millones de pesetas).

Los soldados indios y los voluntarios internacionales seguían ayer, por sexto día consecutivo, trabajando a destajo en las labores de desescombro y de rescate de supervivientes, pero a su tarea se sumaba el riesgo cierto de la aparición de enfermedades dadas las condiciones insalubres en que han quedado las ciudades y pueblos de Gujarat tras el terremoto. 'Existe el riesgo de que la gente enferme de diarrea, gastroenteritis, tifus o incluso cólera por beber agua contaminada', dijo Patrick Fuller, de Cruz Roja Internacional. 'Creo que es inevitable en una situación como ésta cuando no hay agua potable y donde los niños juegan entre los escombros rodeados de animales muertos y cadáveres', añadió.

El doctor R. K. Rajgaur, que trabaja en la localidad de Lodai desde hace 20 años, informó de que en los últimos dos días han enfermado de diarrea nueve personas, cuatro de ellas niños menores de tres años. No obstante, la Organización Mundial de la Salud (OMS) descartó que se hubieran detectado enfermedades relacionadas con la descomposición de los cadáveres.

En la ciudad de Bhuj, el aeropuerto registra una actividad constante con la llegada de la ayuda internacional, principalmente comida, medicinas y tiendas de campaña, pero para algunos habitantes el problema más acuciante es la escasez de agua potable.

Las autoridades locales, por su parte, han establecido un Fondo para la Reconstrucción, con el objetivo de construir 100.000 casas en el plazo de un año en la ciudad de Ahmedabad, una de las más afectadas y capital comercial del Gujarat, y reabrir las carreteras. De momento, aseguraron ayer, se han recuperado 12.000 cadáveres y han sido atendidas más de 40.000 personas heridas.

Las autoridades de este Estado, uno de los más industrializados de India, consideran exagerada la cifra de 100.000 muertos aportada el martes por el ministro de Defensa indio, George Fernandes, y la rebajan hasta las 25.000 víctimas. La Cruz Roja Internacional calcula que la cifra real ronda los 50.000.

Por otro lado, un viceministro del Estado de Karnataka, al sur de India, se vio obligado a dimitir ayer tras haber dicho que el terremoto era un castigo divino contra Gujarat por maltratar a los cristianos. Gujarat fue escenario de ataques contra iglesias cristianas en 1998. Ultraderechistas próximos al partido nacionalista hindú, Bharatiya Janata, en el poder, fueron acusados de los incidentes.