LA SITUACIÓN EN EL PAÍS VASCO

La policía localiza en Irún el 'zulo' en el que se sospecha que estuvieron Aldaya y Delclaux

La operación policial se desarrolló durante toda la tarde en una nave situada en la calle de Gabiria del polígono industrial de Ventas, de la localidad fronteriza de Irún. Los agentes localizaron en este lugar, junto a la carretera Nacional-I y a escaso kilómetro y medio del domicilio de Aldaya, el zulo en el que supuestamente ETA tuvo secuestradas a sus dos víctimas entre 1995 y 1996. La policía también barajó la posibilidad, en su momento, de que el mismo zulo en el que estuvieron secuestrados Aldaya y Delclaux pudiera haber sido utilizado para retener al concejal Miguel Ángel ...

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La operación policial se desarrolló durante toda la tarde en una nave situada en la calle de Gabiria del polígono industrial de Ventas, de la localidad fronteriza de Irún. Los agentes localizaron en este lugar, junto a la carretera Nacional-I y a escaso kilómetro y medio del domicilio de Aldaya, el zulo en el que supuestamente ETA tuvo secuestradas a sus dos víctimas entre 1995 y 1996. La policía también barajó la posibilidad, en su momento, de que el mismo zulo en el que estuvieron secuestrados Aldaya y Delclaux pudiera haber sido utilizado para retener al concejal Miguel Ángel Blanco, asesinado por ETA en julio de 1997.

La policía mantuvo acordonada toda la zona e impidió el acceso al interior del pabellón en el que se encontraban la juez de la Audiencia Nacional encargada del caso, Teresa Palacios, los responsables de la investigación y el presunto miembro de la organización terrorista Francisco José Ramada, que fue trasladado en un avión militar desde Madrid para identificar la nave y explicar el sistema de acceso al zulo.

El habitáculo estaba oculto tras unas estanterías situadas al fondo de la nave industrial en las que había dispuesto un mecanismo que provocaba la apertura de una puerta hidráulica camuflada -de cerca de medio metro de diámetro-. La policía halló un espacio dividido en tres partes; una para el secuestrado, otra para los terroristas, en la que se había colocado un lavabo y un retrete y una tercera que se utilizaba como cocina. Allí se encontró una nevera y otros útiles. Tres metros de largo, uno de ancho y 1,90 de alto son las dimensiones de la parte más amplia, que coinciden con las descritas por Aldaya y Delclaux.

Pese a que el habitáculo se encuentra en 'muy malas condiciones', podría 'haber sido utilizado de nuevo', según el director general de la Policía, Juan Cotino. Fuentes policiales aseguran que el zulo es 'tétrico' y 'asfixiante'.

Poco trascendió sobre el resultado del registro y de la investigación. Cotino, que compareció junto al subdelegado del Gobierno en Guipúzcoa, Juan Antonio Foncillas, se escudó en el secreto de sumario y se negó a desvelar el nombre de la persona propietaria de esta nave que, al parecer, lleva años en desuso. Más tarde se supo que el pabellón pertenece precisamente a Francisco José Ramada y a Mikel Jauregi, que fue detenido sobre las 14.30 horas de ayer y trasladado a la comisaría de San Sebastián, según Gestoras pro Amnistía. La juez Palacios ordenó, según estas mismas fuentes, la incomunicación del arrestado, acusado de relación con ETA.

La declaración de los dos presuntos etarras expulsados el lunes de México fue clave para localizar el habitáculo subterráneo, según manifestó Cotino, quien se felicitó por los beneficios que arroja la cooperación internacional en materia antiterrorista. El ministro del Interior, Jaime Mayor, había adelantado por la mañana a la Cadena SER que la entrega de dos etarras por México iba a facilitar 'datos esclarecedores' que demostrarían 'la eficaz cooperación internacional'.

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El registro continuará durante varios días. La mayoría de los trabajadores de las empresas cercanas coincidía en que el pabellón no ha registrado ninguna actividad visible desde hace al menos una década. Sólo el responsable de Puertas López, contigua a la nave, afirma haber visto a alguien en una ocasión. Hace cuatro o cinco años se topó con un hombre de unos 35 años que tenía problemas para acceder al interior del local. El industrial prestó su ayuda al desconocido y cuando lograron abrir la puerta no le dejó pasar. 'Es el único movimiento que he visto en los últimos años', señaló.

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